Ángel Torres: «Ganar un título debe ser la leche»

GETAFE- Las paredes del despacho de Ángel Torres son un per- fecto resumen de su historia como presidente del Getafe. Junto a los recuerdos de las hazañas del club en Primera, hay hueco para una foto de José Martínez «Pirri»: «Siempre fue mi máximo ídolo junto a George Best, al que tuve la suerte de conocer un verano en Mallorca. Era un genio, y si no llega a ser por la bebida...».

–¿Cuantas horas al día le quita el Getafe?
–Depende. 10, 12, 8, 2; las que necesite el club. Tengo dedicación exclusiva y no regateo esfuerzos.

–El fútbol le ha convertido en un personaje famoso...
–En Getafe ya era conocido, pero ahora soy uno de los cuatro o cinco presidentes de Primera más reconocidos en todos los sitios. No sólo en España, también en Europa.

–Usted es el rostro más visible del club por encima del técnico y hasta de los jugadores.
–Sí y creo que ahí he cometido un error. El Getafe depende demasiado de Ángel Torres. Hasta el propio Míchel decía el otro día que hasta para cambiar una bombilla había que hablar con el «presi», cosa que es cierto. El problema es que con esto he conseguido que mucha gente se acomode y diga: «Ah, como esto lo va a hacer el presidente...». Voy a intentar desvincularme cada vez más, pero va a ser difícil.

–¿Cuál ha sido su mejor momento desde que asumió el cargo?
–El ascenso a Primera en Tenerife. Como eso no hay nada, sobre todo la llegada a Barajas. La gente te quería tocar como si fueras un ser superior.

–¿Y el peor?
–El día que nos toque descender. Es mi mayor miedo, no me gustaría vivirlo. Lo llevaría muy mal.

–¿Sabe mucho de fútbol?
–Para nada, lo que soy es un buen gestor. Tengo las ideas claras en todos los conceptos. Por ejemplo, sé lo que significa y debe ser la par- cela de un técnico. A veces digo, un poco a lo bruto, que lo que debe hacer un entrenador es no estorbar. Sólo un 10 por ciento es capaz de mejorar los equipos que dirigen. Los protagonistas son los jugadores, aunque ojo, una vez que eliges al técnico debes dejar claro en el vestuario que él es el que manda.

–Lo que si tiene es buen ojo: Schuster, Quique, Laudrup...
–En la vida siempre se necesita algo de suerte, pero es verdad que hemos marcado un estilo. Intentamos fichar a Guardiola hace seis años, cuando nadie podía pensar que un equipo grande apostase por un técnico joven.

–Por cierto, ¿qué tal con Míchel?
–Muy bien. La realidad es totalmente distinta a lo que se piensa desde fuera. Yo le ofrecí el equipo cuando ascendimos y, aunque él nunca lo reconozca públicamente, le dio un poquito de «cangui» verse en la élite tan pronto. Ahora lo he renovado dos años y si todo va bien volveré a hacerlo.

–¿Era un problema que compartiese vestuario con su hijo?
–El chaval ya estaba aquí antes y no tiene nada que ver. En el vestuario no existía ningún conflicto, pero era un punto débil que desde fuera se podía utilizar para atacar al entrenador y al club. Además, Adrián no podía jugar con esa presión.

–Sin Pedro León ni Soldado, la plantilla parece más débil.
–No lo creo. Puede que los sustitutos no tengan tanto renombre como los que se han ido, pero lo van a hacer bien. Tenemos un buen equipo.

–¿El técnico está contento con los refuerzos?
–Le hemos hecho un equipo a su medida dentro de nuestras posibilidades. Sabe que somos el Getafe y no podemos fichar a Messi o Cristiano Ronaldo.

–A esos dos no, pero igual Florentino le cede a Kaká para que vuelva a ser el de antes.
–Es el sitio ideal para él. No tendría ni que cambiar de domicilio.

–¿Se ha imaginado ganando un título?
–Debe ser la leche ganarlo. A lo mejor este año no podemos al estar en tres competiciones, pero debe ser un objetivo. Parece que si no tienes un trofeo no eres nadie.

–¿La Copa del Rey les debe una?
–Lo de debernos algo es exagerado. Es verdad que hemos jugado dos finales. Igual si tenemos una tercera oportunidad...

–Los negocios de Pedro León y Soldado, redondos, ¿no?
–Si no vendemos bien no podemos cuadrar el presupuesto. El año que no vendamos mal camino llevaremos. Los buenos futbolistas nos duran poco.

–¿Su madridismo le alcanza para pensar en ser presidente en el Santiago Bernabéu?
–No me lo he planteado jamás. Siempre he dicho que mi ego futbolístico termina en el sur.