Inseguridad ciudadana
«Casi me da un infarto al oír el tiroteo»
Los agentes implicados declararon ayer ante el Grupo X de Homicidios de la Policía Nacional, que investiga el caso.
Madrid- Trabajar en un comercio situado en el punto más turístico de una capital como Madrid no permite mantener un trato con los clientes como en cualquier otro comercio de barrio. Sin embargo, tras el suceso del jueves en el que un policía municipal disparó contra un supuesto perturbado e hirió de bala a éste y a un transeúnte, en los establecimientos entorno a la Puerta del Sol y los primeros números de la calle Arenal ayer no se hablaba de otra cosa y, aunque los clientes fueran «de paso», todos se atrevían a preguntar por el tiroteo del día anterior: el «tema del día». Mientras los agentes implicados en el tiroteo y varios testigos presenciales declaraban ante el Grupo X de Homicidios de la Policía Nacional, que se ha hecho cargo de la investigación, los comerciantes de la zona explicaban cómo vivieron el suceso.Marina, empleada de Camper, en el número 20 de Arenal, explicó los momentos de pánico que vivieron ya que el supuesto perturbado cayó al suelo en la puerta de su establecimiento. «Cuando escuchamos los tres disparos la gente empezó a gritar. Echamos el cierre y los clientes se metieron en avalancha al almacén», cuenta la trabajadora, que explica cómo tuvieron que calmar a una mujer porque «casi le da un infarto al ver al muerto», pensando que el herido más grave había fallecido. Los heridos se recuperanEn la Librería Multicolor –en el 3 de la misma calle– Pedro, también empleado, asegura que vio cómo el presunto agresor del policía, Santiago, «se lió a dar patadas como un loco al coche policial y se colgaba del retrovisor para intentarlo arrancar». Al contrario que en la zapatería, en la farmacia Arenal 2, Eva Pérez todavía seguía impresionada por cómo la gente salió corriendo. «Sólo escuché los gritos de una mujer, creo que era la que iba con el señor que le rebotó la bala en el ojo». El hombre al que se refiere Eva es Antonio, de 51 años que, al cierre de esta edición, seguía ingresado en la Fundación Jiménez Díaz con pronóstico reservado. Todo apunta a que perderá su ojo izquierdo. Santiago, el herido de mayor gravedad, permanecía en el Doce de Octubre, grave pero evolucionando favorablemente, según el último parte médico. Por su parte, el consejero de Interior de la Comunidad, Francisco Granados, expresó ayer su «apoyo total y absoluto» al agente que efectuó los disparos y advirtió de que la policía «no saca un arma alegremente».
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