Nueva York

EE UU sortea la quiebra con un acuerdo que no convence

Una vez que el presidente Barack Obama llegó a un acuerdo con los líderes de los partidos en la Casa Blanca el domingo, los representantes demócratas y republicanos dedicaron el día de ayer a convencer a los más reticentes de sus agrupaciones. Al cierre de esta edición, la Cámara aprobó el acuerdo sobre la deuda tras un día intenso de presiones para conseguir el compromiso entre demócratas y republicanos. Hoy está previsto que se apruebe en el Senado y que sea rubricada después por el presidente Obama.

El presidente Obama redobló las negociaciones hasta última hora, para intentar sacar adelante el plan contra la bancarrota
El presidente Obama redobló las negociaciones hasta última hora, para intentar sacar adelante el plan contra la bancarrotalarazon

El regreso a su escaño de la congresista demócrata por Arizona, Gabrille Giffords, que fue herida a tiros en la cabeza por un desequilibrado el pasado enero, desató la emoción en la Cámara que la recibió entre fuertes aplausos. Gabrielle abandonó su convalencencia para votar a favor del acuerdo.

 En Nueva York, Wall Street estuvo pendiente de las negociaciones de Washington para sacar adelante la ley. Si en un principio abrió con un repunte respecto a la semana anterior, la peor en un año, a medida que se desarrolló el día cotizó a la baja. Al menos en Washington, anoche se esperaba que la votación fuera mejor recibida en los mercados que el pacto de la víspera, que no pudo evitar los números rojos en las bolsas.

Los pequeños comerciantes también instaron a los políticos del Congreso a dar luz verde a este proyecto y el plan contó igualmente con el beneplácito de la Cámara de Comercio estadounidense, a pesar de sus malas relaciones con el presidente Barack Obama. En un comunicado, se indicó que «(el acuerdo) nos lleva por el buen camino y es lo correcto», el cual debe ser aprobado.

 El líder de la mayoría demócrata Harry Reid reconoció que «la gente (por los legisladores) de la derecha está enfadada. La gente de la izquierda está enfadada. La gente de centro está enfadada. Pero es un gran acuerdo que protegerá la salud de nuestra economía a largo plazo. Pero espero que podamos sacar algo para que el presidente lo pueda firmar. Por mi experiencia, no se puede convocar un voto si no se sabe que se va a sacar adelante», indicó el senador de Nevada sobre dicho proyecto de ley.

Reid indicó que «con toda probabilidad el Senado votará la ley al final», pero la votación que le preocupaba fue la de la Cámara de Representantes, de mayoría republicana. Con todo, los conservadores del «Tea Party» anunciaron su rechazo por no presentar los suficientes recortes en el gasto: «Alguien tiene que decir que no», indicó la representante de Minnesota y candidata a la presidencia Michele Bachmann.

En cambio, los liberales demócratas de la Cámara de Representantes consideran que hay demasiadas reducciones. «Este acuerdo debilita al Partido Demócrata y al país. Hemos dado mucho y recibido nada a cambio», indicó el representante de Arizona, Raúl Grijalva.

Gastos militares

A pesar de todas las polémicas, el acuerdo de aumentar el techo de deuda representa un histórico logro de un gobierno dividido, en el que los republicanos siempre han bloqueado en pleno todas las iniciativas del presidente, excepto las partidas presupuestarias para Irak y Afganistán.


El consenso que se tradujo en votos
El presidente Barack Obama se lanzó el domingo a anunciar el acuerdo después de intensas negociaciones. Pero ayer los congresistas de la Cámara de Representantes retrasaron la votación, que finalmente se produjo, no sin incidentes en la galería de invitados. Fuera han quedado los liberales y los conservadores de extrema derecha, que coincidieron por una vez, aunque por razones diferentes, en que el acuerdo era inaceptable. Poco antes de que los dos grandes partidos votasen afirmativamente, el líder de la mayoría demócrata, Harry Reid, se mostró convencido de que la Cámara refrendaría el acuerdo. El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, de Ohio, mantuvo por su parte el domingo una extensa conferencia telefónica con sus correligionarios para asegurar su apoyo.