Valencia
El Juli vuelve a marcar diferencias
- Vitoria. Tercera de feria de la Blanca, se lidiaron toros de Victoriano del Río, de buena presentación y dispar comportamiento. El mejor, el 4º, encastado y con transmisión. Más de tres cuartos de entrada.- Enrique Ponce, de tabaco y oro, estocada casi entera, cinco descabellos (silencio); pinchazo, estocada (oreja con petición de segunda). - El Juli, de azul pavo y oro, estocada casi entera, siete descabellos (gran ovación); estoconazo (oreja). - Sebastián Castella, de catafalco y oro, dos pinchazos, estocada casi entera (silencio); pinchazo hondo, estocada, descabello (ovación).
Los componentes de la terna debieron tocar muchas teclas para lucir frente a un decepcionante encierro de Victoriano del Río.
El segundo toro de la tarde no se lo puso fácil a Julián López «El Juli». Zancudo, hecho cuesta arriba y de carnes apretadas, el astado ni se entregó ni descolgó tras los capotes. Manseó en varas, huyó de los petos como alma que lleva el diablo. Venido arriba, arreó a los banderilleros poniéndolos en serios apuros. Tras un poderoso y atinado inicio de faena, El Juli fue construyendo sólidas y reunidas tandas de derechazos en los que, además de empujar las embestidas, impidió la huida del ejemplar. La firmeza de los toques, la paciencia para enmarcar las huidizas arrancadas y su capacidad para ligar los muletazos, coronaron su acertado planteamiento técnico. Antes de difuminar su actuación con el descabello se dejó pasar al toro por encima de los muslos.
El limitado fondo de su segundo y una acusada carencia a tablas condicionó su segundo trasteo. Breve por pura necesidad. Liviano e inteligente en su primera mitad. Pulseado y templado cuando no tuvo más remedio que atacar. También hubo que sujetarlo, empaparle de engaño y concatenar los pases. Variado y florido en los remates, un circular engarzado a un cambio de mano, provocó el delirio. De no ser porque el toro tardó en doblar las manos, el madrileño hubiera paseado dos merecidas orejas. Pero tuvo que conformarse con una.
Falto de convicción y periférico, Enrique Ponce no terminó de apretar el acelerador frente al primero. Iba su segunda faena por el mismo camino, aunque los sones del himno de Valencia arrearon al de Chiva. Entonces, ya habían transcurrido los minutos. Más cerrado en los adentros, Ponce se decidió a tapar la salida al de Victoriano y a servirse de las emotivas embestidas. Recreados en almibarada coreografía fueron sucediéndose los más entonados muletazos. Hasta seis ligó por alto y al hilo de las tablas, antes de pinchar y dejar la definitiva estocada. De no ser por la firmeza la presidencia, Ponce hubiera salido en hombros.
A Sebastián Castella le correspondió el más deslucido lote de la tarde: blando, sin fondo y venido a menos el tercero; justo de raza, de escaso celo y soso, el que cerró festejo. Entonado y medido– en las alturas, en la profundidad y el número de muletazos de cada serie– con su primero, Castella poco pudo hacer antes de que el toro se parara definitivamente. Ante la imposibilidad de tirar de las embestidas, a Castella no le quedó más remedio que meterse en la corta distancia.
El cartel de hoy
Toros de El Puerto de San Lorenzo para Enrique Ponce, El Fandi y Alejandro Talavante.
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