El Consistorio probará en el Pleno que el Plan Centro es inviable

Para conocer al enemigo, conócete a ti mismo». La estrategia de oposición de Juan Espadas volvió ayer a evidenciar su distancia de las máximas de «El arte de la guerra», de Sun Tzu. De nuevo con el Plan Centro, con la única certeza de que existen numerosos colectivos contrarios a su derogación pero sin datos en firme. El PP defiende que su programa fue votado por más de 166.000 ciudadanos.
Una única multa de los últimos tres meses bastaría para tumbar la afirmación del Ayuntamiento de que el plan de restricción al casco histórico no funciona desde marzo. Suena a tahúr sustentar la crítica en que la empresa diga que el Ayuntamiento no se ha quejado hasta ahora. El líder de la oposición acusó al Gobierno local de basar su derogación «en una flagrante mentira», ya que Sice indica que «las cámaras no han dejado de funcionar». Según el PSOE, Zoido «manipula los datos.»
Espadas obvió la única cifra empírica –todo un comodín– que reconoció hasta la Corporación en su intento de argumentar los motivos por los que seguiría adelante con su programa: «Desde 2007 a 2011 se ha producido un descenso del 48% del tráfico de vehículos particulares a la zona centro». Así las cosas, el Ayuntamiento se limitó a emplazar su respuesta al Pleno de esta semana y, tal como están las cartas, le basta con decir que elimina un proyecto que nunca existió. De cualquier manera, se antojan ases en la manga. La ventaja de suceder a ediles que jugaban con la baraja marcada. «Pueden ser los índices de error por las deficiencias en las lecturas de las matrículas», como indicaba Movilidad o, sencillamente, que nunca funcionaron, igual que las cámaras de la Ronda tardaron años en ponerse en marcha por más que el anterior edil, Francisco Fernández, lo negara para tres segundos después –ante una pregunta de LA RAZÓN de Sevilla y una portada publicada–, al comprender que la respuesta ya estaba más que contrastada, asegurar que la videovigilancia siempre se ha utilizado como «medida persuasiva» porque «confiamos en los sevillanos». La falacia, ese invertebrado de extremidades cortas.
«No sabemos si será una derogación ordinaria o una resolución para dejar sin efecto el plan», indicó Espadas, que achacó al Gobierno municipal los mismos males de los que pecó la anterior Corporación con el Plan Centro: la imposición. Con la salvedad, dijo, de que Monteseirín se reunió con los colectivos afectados y luego «decidió». Espadas señaló que la única base de Zoido para eliminar el plan ha sido la queja de los empresarios y le recordó que está en el Gobierno y no en la oposición, «como parece», y debe gestionar intereses generales y no particulares. También señaló a Zoido que durante el último mes y medio, el encargado de tramitar las infracciones ha sido su equipo, por lo que pidió «una auditoría» para saber por qué no se han gestionado las multas.
Un total de 23 asociaciones también criticaron ayer «la mentira» del informe de Movilidad y secundarán la movilización del 15-M convocada mañana contra la derogación.