Londres

El mar es su hogar

«Iker lleva desde septiembre sin dormir en casa», dice la mujer del español, que busca medalla junto a Xabi

Iker Martínez y Xabi Fernández, durante una de las pruebas en Weymouth, donde se disputan las regatas
Iker Martínez y Xabi Fernández, durante una de las pruebas en Weymouth, donde se disputan las regataslarazon

LONDRES- Xabi Fernández e Iker Martínez pueden presumir de que el mar es su hogar. Pasan más tiempo encima de un barco que en tierra, y en Londres buscan su tercera medalla olímpica en la prueba de 49er, aunque no han empezado demasiado bien. «Déjame que piense… Iker no duerme en casa desde septiembre», asegura su mujer, Bárbara Besalduch. Disputaron la Volvo Ocean Race de octubre a julio, terminaron cuartos, y, después, sin descanso, se fueron a Lanzarote para preparar los Juegos, y más tarde a Weymouth, donde se disputan las regatas olímpicas.

Ha sido un año duro, pero en realidad no es nada raro en la vida de estos dos lobos de mar. «En 2011, en total, estuvo en casa 16 días. El resto es dormir en hoteles, en barcos…», continúa la esposa de Iker. Iker, junto a Xabi, va de regata en regata, de mar en mar. Dos semanas navegando, diez días en tierra… Entre unos Juegos y otros han dado tres vueltas al mundo. Bárbara y sus dos pequeños, Iker y Joan, de cuatro y dos años, casi las han dado también, porque van detrás de ellos. «Así puedo verle y él puede ver a los niños. La vela es su pasión. Yo he trabajado en este mundo y lo entiendo. Antes estaba en la organización de regatas, pero después de tener al segundo hijo dejé de trabajar», continúa la encantadora Bárbara, que estos días ha alquilado una casa en Weymouth. «Nos vemos 15 minutos un día, 20 otro. No es mucho, pero bueno... Sabe que estamos aquí si se quiere tomar un helado o si quiere desconectar», añade. Bárbara se siente mejor estando cerca de su marido, viviendo la regata casi en primera persona. En la distancia sufre, aunque Iker se encargue de calmarla: «Nos dice que el barco está bien, aunque a veces sé que no es así».

Los regatistas españoles están muy concentrados en una competición a la que han llegado apurados. Xabi se lesionó en Lanzarote y eso le restó cinco días de entrenamiento, y el cambio de navegar en alta mar en la Volvo a hacerlo en las regatas es bestial. Sus primeros días en Londres fueron de vértigo. Entrenaron lo que pudieron y seleccionaron el barco que iban a utilizar. Tras seis regatas no han empezado muy bien (van undécimos). Su objetivo al principio es no descolgarse mucho y poder remontar después. Su pensamiento está en la medalla. « «Iker es un trabajador y un competidor. Para él no vale lo de que lo importante es participar», concluye Bárbara.