Del paro a una Liga adulterada

De entrada, creemos que el paro patronal no supone medida de presión alguna al Ejecutivo, ya que al Gobierno –centrado en otros problemas por la complicada situación que atraviesa el país– le da igual si acabamos la Liga antes o después. La huelga no tiene sentido, como no lo tiene mantener a los futbolistas tres semanas sin jugar.

El paro derivará en una competición adulterada –los clubes que ya no se jueguen nada no se verán en la obligación de mantener a su plantilla durante el parón– y un calendario distorsionado que jugará en contra de los intereses de los clubes y la propia LFP, que está sufriendo un daño irreparable en su prestigio y que ya se ha ganado la condena de una opinión pública que rechaza totalmente la medida. Por ello, el Villarreal CF y otros cinco clubes de la LFP, conscientes del grave perjuicio que supone para sus intereses, no han dudado en presentar una demanda con el fin de que los tribunales impugnen el acuerdo de ir a la huelga adoptado el pasado 11 de febrero.

La intención del club, en todo momento, ha sido y es la de presentarse este fin de semana al encuentro que le medirá frente al Fútbol Club Barcelona en El Madrigal y para el que, a la espera de recibir el horario oficial del encuentro, ya hay un colegiado asignado.

Por ello, el Villarreal quiere dejar claro de nuevo su rechazo a la adopción de una medida de fuerza desproporcionada como es la huelga, y lanza una apuesta a favor del diálogo entre todas las partes implicadas y que desemboque en un acuerdo satisfactorio para todos.