Feliciano López no vuelve con María José Suárez por Jesús MARIÑAS

Creímos lo difundido en el «digital» de «Diez Minutos», también lo considerado exclusiva veraniega por DEC. Un supuesto notición con el que abrió su pasada edición y donde Charo Vega también se despachó. Supuso una especie de bola de nieve informativa producto de alguna desinformación, mente calenturienta o ganas de jorobar al tenista y su guapa ex sevillana.
Ella trina aunque muchos supusieron –supusimos– la autenticidad del rumor cuando nos enteramos de que viajó a EE UU en un grupito en el que sobresalía la esposa del entrenador del tenista, que también anda escocido por lo que todo esto tiene de especulación sin base. «No hemos vuelto ni volveremos, faltaría más», me asegura María José aún con un «jetlag» agravado por una demora de cinco horas en su retorno. La pareja son sólo amigos: «No hay nada más: también se inventaron que estuve con Feli en Ibiza, cuando este año él ni la ha pisado. Es una barbaridad y me desquicia. Me pasa por ser buena y confiarme cuando sólo comenté que "nos hemos reconciliado desde febrero". Nos vemos cuando viene a Madrid –son visitas con derecho a intimidad, tuvieron y retienen el atractivo recíproco– y punto. Le quiero entrañablemente sin pasar de ahí. Sé perdonar y hasta me olvido», asegura que fue mucho el dolor causado por un acaso inmaduro galán que rehuía su implicación en un embarazo fallido que le costó admitir. Lo cuestionó en todo momento y ahora se arrepiente. «Con lo que le gusta la discreción, ¿cómo entenderíamos su postura y rectificación actuales si realmente siguiera creyendo que todo fue un montaje mío para pillarlo? Prefiero superarlo todo y mantener buen rollo con mis parejas fallidas. Con Sebastián –el recambio a Feli, romance tórrido y aireado del pasado verano– me entiendo perfectamente y también creyeron que volvíamos. Incluso le he traído el último modelo de Ipod que me encargó; tenemos muy buen rollito. Y nada más, que no inventen. Estoy muy bien y tranquila así», concluyó.
Parece que el arrepentimiento del campeón que tanto bregó en la Copa Davis fue el pasado febrero, nada del mayo asegurado en las noticias deformadas que yo aumenté. Todos caímos dada la credibilidad de los medios que anticiparon tal fantasía imaginada, imperdonable en quien presume de amigo o confidente. Durante su viaje, la guapa no respondió a ninguna llamada, aunque puso más de un sms. Admito mi parte de culpa y donde dije Diego digo lo expuesto. Perdón, perdón por dejarme llevar, querida María José.