Impuesto de Sucesiones
El truco del impuestazo
La crisis tiene nombres y apellidos. Los de cientos de miles de andaluces que le plantan cara diariamente desde que suena el despertador. Hacen números, repasan cuentas e intentan salvar lo que queda del mes, pero desgraciadamente esta «sobredosis» de realidad no se corresponde con una gestión «realista» por parte de quienes nos gobiernan. Y se ha puesto de manifiesto, con más crudeza que nunca, en el Debate sobre el Estado de la Comunidad celebrado la pasada semana en el Parlamento andaluz.El presidente Griñán escenificó mejor que nunca la ruptura definitiva de su Gobierno con la sociedad. Subió a la tribuna, volvió a mentar a los especuladores, a los mercados y a Obama, y como un prestidigitador ambulante sacó de su chistera varias cartas marcadas para después subirse a su coche oficial y quedarse tan a gusto. Las cartas marcadas de Griñán, presentadas como una pseudo reforma fiscal que gravaba a los más ricos para aliviar los bolsillos de los más pobres, han salido de una chistera con doble fondo donde el presidente ocultaba las verdaderas intenciones de su Gobierno: que la subida impositiva afectará a todos los andaluces pero, sorprendentemente, que los más afectados serán los más débiles: familias monoparentales o propietarios de VPO, por poner un ejemplo.Descubierto el «truco del impuestazo», a Griñán no le queda más remedio que rectificar. En el teatro en que ha convertido la política andaluza, el presidente de la Junta culpó a propios y a extraños y envió a la consejera de Economía a tratar de enmendar el supuesto «error». El resultado: el Gobierno de Griñán ha presentado, en un día y medio, tres propuestas fiscales. Todas ellas, por mucho que se empeñen en cambiarles el título, siguen el mismo guión: se mantienen los gravámenes para familias monoparentales, discapacitados, ayudas familiares y propietarios de VPO en relación con la supresión de los tipos reducidos en los impuestos sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados; se mantienen subidas que nos afectarán a todos, como el impuesto sobre las bolsas de plástico, un ejercicio de puro afán recaudatorio vestido con la túnica del falso ecologismo; y se crean nuevas figuras impositivas sobre los depósitos bancarios, para «animar» a los ahorradores. Además, sólo se van a recortar 100 millones de los 5.000 que suponen en Andalucía el gasto en empresas públicas.A un prestidigitador al que se le han descubierto todos los trucos no le queda más remedio que retirarse. Máxime cuando el fraude ha supuesto el espectáculo más dantesco que se ha vivido en el Parlamento en 30 años de democracia. En unos años los socialistas nos han trasladado del Estado del Bienestar a un Estado de Malestar. De un país, locomotora económica de Europa, al furgón de cola de todos los parámetros económicos y sociales. Lo más grave es que además tengan que ser los sectores más débiles de la sociedad los que tengan que pagar las consecuencias del «modus operandi» de los socialistas, que es gobernar contra el sentido común.
* Antonio Sanz es secretario general del PP andaluz.
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