Crisis económica
Dos años perdidos
El gran problema no está en la crisis financiera global, tal y como se empeña en señalar la clase gobernante. El cierre del grifo crediticio es un escollo, pero no la médula de este marasmo. El gran problema –casi el único– reside en la falta de talla política para tomar decisiones de calado a costa de poner en riesgo el canasto electoral. Ahí llega siempre el miedo al abismo. La situación se ilustra con ejemplos claros. Desde que el ex presidente Chaves apreció un «cierto deterioro del mercado laboral» en su discurso de investidura de abril de 2008, hasta ahora, cuando su sucesor Griñán dice que estamos en la «rampa de salida» de la crisis, la medida estrella de austeridad ha sido la reducción de una treintena de cargos directivos. En estos dos años, la tasa de paro se ha duplicado, con casi 1,1 millón de desempleados (el 27,2%), el endeudamiento de la comunida roza los 10.000 millones de euros y el tejido productivo va tomando forma de secarral. ¿Qué es lo que tiene que pasar en Andalucía para que el Ejecutivo se remangue la camisa hasta los codos y comience a meterle el lápiz a las cuentas públicas? Junio va a ser el mes de los milagros. En junio el Parlamento dará luz verde a las dos leyes que dotan de más dinero y competencias a los ayuntamientos y la Junta presentará –por fin– un plan de reestructuración de la Administración Pública. No obstante, Griñán ya ha avisado de que la eventual reducción de las empresas no entraña necesariamente un recorte de los 25.000 trabajadores que habitan –no todos trabajan «sensu estricto»– los 317 entes públicos de la comunidad; y nada se sabe, por otra parte, de la rebaja del centenar de delegados provinciales. El plan de austeridad aprobado la semana pasada por el Consejo de Ministros está en línea con lo que ocurre en Andalucía: sólo 32 de los 343 altos cargos del Gobierno central y 29 de las 106 empresas públicas serán eliminados. ¿Y qué tiene que pasarle a España, con un 20 por ciento de paro, para que Rodríguez Zapatero se suba, también, la camisa hasta los codos? ¿Quizá ver, como Grecia, el negro túnel? En Grecia hay doce millones de personas y casi un millón de empleados públicos. Tienen la ruina en lo alto. Ahora, entregados ya a la caridad de la Eurozona y a la del Fondo Monetario Internacional, Papandreu va a aplicar recortes para ahorrar 30.000 millones de euros. Ahora, cuando el miedo por manter un bollo de pan supera al de perder unas elecciones.
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