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Marlowe en el purgatorio

Autor: C. Marlowe. Adaptador: D. Desola. Director: S. Breden. Escenografía: D. Bird. Vestuario: S. Moreno. Reparto: Ó. Sánchez Zafra, B.Ciordia, A. Garau, J. Teyssiere, A. M. Montero, J. Gurpegui, D. Moreno, A. Saá. Teatros del Canal. Madrid.

Marlowe en el purgatorio
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Christopher Marlowe (1564-1593) fue autor de una notable pero breve obra dramática. Fue más famoso en vida que su amigo Shakespeare, y su asesinato en una trifulca tabernaria dejó muchos interrogantes. En España además el desconocimiento de su obra es general. Se agradece que Rakatá, compañía especializada en clásicos y vinculada a directores ingleses, se anime a presentarnos uno de los textos más conocidos de Marlowe, «Dr. Faustus», la primera adaptación dramática del mito alemán del teólogo que pacta con el Diablo para gozar de sabiduría y placeres a cambio de su alma. La obra de Marlowe es ágil y tiene líneas hermosas, aunque peque de cierta ingenuidad y no escape a la lectura moralista inevitable de la época.

Pero, si en el estimable «El perro del hortelano» de Rakatá brillaban el buen gusto y el uso de recursos imaginativos, en esta tragedia, dirigida por Simon Breden, el tono bufo impide cualquier profundidad: cuando quiere ponerse serio, ya es tarde. Su repaso a los pecados capitales parece de función escolar: previsible y tomado a guasa.

La compañía se contagia de este tono. Hay de todo, pero abundan los excesos de lucimiento juvenil. Ni siquiera el muy solvente Óscar Sánchez Zafra encuentra su tono, salvo en el Fausto ya anciano. Breden tiene ideas interesantes: juega con sombras y telas, emplea sabiamente un espacio escénico interesante y da juego a sus jóvenes actores convirtiéndolos a todos en un plural Mefistófeles. Pero el alma del montaje está condenada casi desde el principio, al menos al purgatorio teatral: ha firmado un pacto con la comedia facilona y no parece arrepentirse.