Telecinco da la «campanada» con Kiko e Isabel Pantoja

Argucia televisiva. Telecinco trasladó el día de los Inocentes al 31 de diciembre, sin avisar pero dando indicios. Las uvas y las campanadas pasaron a un segundo plano en pos de la «campanada» con pedrea: Isabel Pantoja, más diva de la copla que nunca, enseñaba esa sonrisa profidén sin disimular su desasosiego por la vida sentimental de su Kiko Rivera.
No había por qué preocuparse: el niño, que dejó cuatro días antes a Jessica Bueno, enviaba mensajes explícitos a su Jessi para un regreso presentido.

Un culebrón anunciado
«Vasile Productions» se confirmó como la mejor factoría de telerrealidad. Lástima que la audiencia no estuviese narcotizada, para creerse tanto la ruptura como la reconciliación, en la certeza de que la Puerta del Sol era un decorado perfecto, y más en Fin de Año, para hacernos creer lo que no fue y preparándonos para lo que será… más y más minutos de prensa rosa que se colaron hasta en las uvas. Un culebrón que, desde el primer capítulo, estaba anunciado. Un guión propio de la casa, con personajes de dentro que producen la noticia y la deshacen para mayor gloria de los programas de la cadena.

Se cumplió el objetivo bajo la mirada cómplice y extasiada de Jorge Javier Vázquez. Sintomático fue que el presentador de «Sálvame» no recibiera los intentos de aproximación entre Kiko y Jessica sin necesidad de beber cava para pasar el trago. Lo tendría asimilado desde hace días. Lástima que Vázquez, uno de los comunicadores con más reflejos de la televisión, no sacase su malicia ingeniosa de paseo. Pantoja obligaba y a ello se plegó.

Sin sorpresas
Las campanadas ortodoxas siguieron el guión tradicional en La 1 y Antena 3. Sin sorpresas agradables o desagradables. Mucha profesionalidad y mucho oficio por parte de Anne Igartiburu y José Mota, y de Carolina Cerezuela y Carlos Sobera en Antena 3. Contaron los cuartos y las campanadas sin sobresaltos, como tocaba, sin añadir crónica rosa, que queda muy feo usurpar a las uvas su protagonismo en pos de una crónica rosa que no tocaba.
Después… Nadie arriesgó, galas de fin de año con todos los artistas simultáneamente en todos los canales. Don de la ubicuidad. Todos los artistas estaban en todas las cadenas, cambiar el canal no modificaba el guión. La 1 recurrió a su archivo e hizo un guiño a los cuarentones.

Más de lo mismo
Cada año la Nochevieja se parece más a la anterior. Salvo Pantoja y Kiko, que se dieron un homenaje amañado. El resto… cumplir con la media. Insisto, La 1 nos devolvió a Sinatra, Spandau Ballet, Tonino Carossone… tiró de hemeroteca y se congració con la nostalgia. Demasiado producto enlatado, quizás, algo que parece que se está convirtiendo en el modelo habitual de este tipo de galas televisivas. ¿Falta de imaginación?

Anne en la pasarela
La Igartiburu es todo un clásico en las Nocheviejas de La 1. La del sábado fue su séptima vez ininterrumpida junto al reloj de la Puerta del Sol. José Mota va camino de convertirse en asiduo, pues la del pasado 31 fue su tercera vez. Como pareja, repetían, pues ya tomaron las uvas con los espectadores de La 1 el año anterior. Tras las tradicionales uvas, Anne Igartiburu continuó en pantalla, al frente del «Especial Fin de Año». Nada especial. Más de lo mismo. De lo de siempre y con los de siempre. La expectación la creó la presentadora y el sinfín de modelitos que lució para la ocasión. ¿Era imprescindible semejante despliegue de vestuario? No parece que pueda influir en el desarrollo de la gala.