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Romney vence pero no convence
El ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney se impuso en el mayor número de estados en el "supermartes"republicano de ayer, pero con un triunfo por la mínima en el estado clave de Ohio que dejó claro que sigue sin convencer a su electorado.
Romney ganó con claridad en las primarias de su propio estado, Massachussetts, y en el cercano Vermont, así como en los caucus, o asambleas de votantes republicanos, de Idaho.
Mucho menos contundente fue su victoria en Virginia, donde aunque logró el 59 por ciento de los sufragios, sólo competía contra el candidato menos votado de los cuatro en liza, Ron Paul, dado que ni el ex senador Rick Santorum ni el ex presidente de la Cámara de Representantes Ron Paul lograron cumplir los requisitos del estado para que se incluyera su nombre en las papeletas.
Y en Ohio, donde su campaña había gastado cuatro veces más que la de Santorum, su inmediato rival, su triunfo fue por la mínima, apenas un punto porcentual (38 frente al 37 por ciento de su rival) y una diferencia de 12.000 votos.
Con esta victoria, el ex gobernador puede presumir ahora de haberse impuesto, siquiera por la mínima, en los principales estados en disputa, entre ellos Florida, Michigan -su estado natal y donde la semana pasada venció también por un estrecho margen, el 3,2 por ciento- y ahora Ohio, un estado que se presume estará enormemente disputado en las presidenciales de noviembre.
Pero dado que llegaba como favorito, y tras haberse anotado aquellos triunfos, la victoria en Ohio sabe a poco. Romney ganó en las ciudades y entre los más ricos y los más pobres. Santorum se impuso en las áreas rurales -aquellas más susceptibles de inclinarse por los republicanos en noviembre- y entre la clase media.
Si los triunfos de Romney esta noche saben a poco, Santorum tuvo en cambio una jornada grata. Se impuso con comodidad en los estados de Tennessee y Oklahoma, en ese medio oeste que tan fiel le ha sido hasta el momento en esta temporada de primarias, y logró una victoria por sorpresa en Dakota del Norte.
Y su derrota por tan escaso margen resta impulso a su principal rival, al que impide proclamarse como el candidato inevitable del partido. Así las cosas, la jornada de hoy esclarece poco la carrera republicana. Tan sólo deja clara una cosa: la campaña será larga y, pese al triunfo de Gingrich en Georgia -su estado de origen- parece cosa de dos.
Hoy por hoy, Romney acumula ya triunfos en trece estados y, según las proyecciones de la cadena de televisión CNN, suma 359 delegados de los 1.144 necesarios para proclamarse candidato presidencial.
Santorum se ha impuesto en siete estados y suma 138 delegados. Por contra, Gingrich ha ganado en dos estados y acumula 93 delegados, mientras que Ron Paul, que no ha conseguido aún ninguna victoria, recibe sesenta. Aún faltan por disputarse 32 estados y la mayoría de los delegados que en la convención republicana en Tampa (Florida) en agosto nombrarán oficialmente al candidato.
Las próximas citas tendrán lugar este mismo sábado, cuando además de los territorios de las islas Vírgenes y Guam, que disputarán en caucus un total de quince delegados, celebrará primarias el estado de Kansas, que pone en juego cuarenta delegados. La semana próxima serán los estados sureños de Alabama y Misisipi, además de Hawai, los convocados a las urnas. A priori se trata de estados donde la corriente conservadora tiene un gran peso.
Por ello, los resultados que consiga Romney allí serán claves. Un triunfo podría suponer que los conservadores han optado, si bien a regañadientes, por aceptarle como el candidato del partido.
Una victoria de Santorum -o de Gingrich- por otra parte repetiría el mensaje de que el ala derechista del partido mantiene aún profundas reservas sobre el hoy por hoy favorito. Y alejaría un poco más en el tiempo el fin de estas primarias.
Según las proyecciones de la cadena de televisión CNN, ahora Romney contará con 359 delegados, frente a los 139 de Santorum y los 93 de Gingrich. El cuarto contendiente en las primarias republicanas, el congresista Ron Paul, sumará 60. Del "supermartes"dependían 419 de los 1.144 delegados necesarios para asegurarse la nominación presidencial republicana, que se anunciará en la convención de finales de agosto en Tampa (Florida).
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