Finlandia
Podemos evitarlo por Enrique Quemada
Hay muchas voces que piden un rescate de España, pero no está tan claro que resulte necesario. Sólo la noticia de que el BCE comprará deuda española durante dos meses si España decidiera pedir el rescate es suficiente para disuadir a los especuladores de atacar a nuestros bonos soberanos y, por tanto, bajar la prima de riesgo. ¿Quién se va a atrever a apostar contra España si con sólo levantar Rajoy la mano tenemos toda la artillería del BCE a nuestra disposición?
La prueba la hemos visto en la subastas de bonos del Tesoro esta semana, con sólida demanda y tipos de interés más bajos. Desde Europa nos animan a que no lo pidamos porque les da pánico que se produzca un efecto contagio. El premio Nobel de Economía Paul Krugman decía que «Portugal y Grecia son las tapas; España es el plato principal». Un rescate de España es un mensaje contundente a los inversores internacionales de que la inestabilidad del euro puede tener consecuencias impredecibles.
Tampoco está muy claro cómo pueden reaccionar el resto de países de la eurozona, dado que las condiciones requeridas por el EFSF necesitarán la aprobación de los demás países y, en algunos casos, deberá ser aprobación parlamentaria. ¿Y si un país lo veta? Ya hemos visto lo que nos hizo sufrir Finlandia, cuando nos exigió garantías colaterales para aprobar los 100.000 millones de euros de rescate a la banca. El Gobierno está intentando ganar tiempo y demostrar que es capaz de cumplir en 2012 sus compromisos de déficit. Si lo hace, la presión sobre nuestro país se relajaría y, en tal caso, es posible que nos libremos de ser intervenidos.
Enrique Quemada
Consejero delegado de ONEtoONE
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