Londres

Mas a Rajoy: «Acepta el pacto fiscal o atente a las consecuencias»

En su reunión de Moncloa sólo habló de aspectos económicos, no de referendos. El presidente exige al catalán «responsabilidad». El PP abrirá la campaña con un vídeo con una familia con miembros de varias regiones como símil de unidad 

El presidente tiende la mano a Cataluña para «hablar, dialogar y escuchar»
El presidente tiende la mano a Cataluña para «hablar, dialogar y escuchar»larazon

MADRID- Cuando ya sólo suenan los tambores electorales en Cataluña, y en Galicia el PP ha conseguido el objetivo que se había fijado, el presidente del Gobierno entra en la campaña del 25-N con un mensaje muy medido y en tono positivo hacia los catalanes. Mariano Rajoy desveló ayer en el Senado que en la última entrevista que mantuvo en Moncloa con el presidente de la Generalitat, Artur Mas, éste en ningún momento le planteó la posibilidad de convocar un referéndum o una consulta, sino que lo que le exigió fue más dinero. En concreto, un concierto económico específico. «O aceptas el pacto fiscal o te atienes a las consecuencias», contó que le dijo el líder de CiU.

Ayer él, en vez de ir al cuerpo a cuerpo con Mas bajo la bandera de que su Gobierno no permitirá tal referéndum, se limitó a recordar el procedimiento constitucional que regula su convocatoria, colocándose a un lado porque «no tiene capacidad para autorizarlo». «Ninguna ley, ni por supuesto la Constitución, me atribuye esa capacidad», subrayó. Para que pudiese ser efectivo –le recordó a la senadora de CiU Monserrat Candini– el proceso sería tan largo como el que se deriva de una reforma agravada de la Constitución. Es decir, que habría que disolver las Cortes Generales, convocar elecciones, que las Cortes que salgan de esa convocatoria ratifiquen la reforma y, finalmente, podría celebrarse el referéndum. «Eso es lo que hay que hacer, pero no es competencia del presidente del Gobierno», sentenció.

El jefe del Ejecutivo templa el discurso en esta recta final de precampaña en una estrategia que prolongará hasta el día de la votación. Aunque eso implica marcar distancias con el mensaje que en las últimas semanas han dejado otros dirigentes de su partido e incluso ministros. No supone, eso sí, renunciar a los reproches a Mas porque huya «de la responsabilidad propia de un gobernante» con su convocatoria anticipada de elecciones o porque «multiplique los problemas» en lugar de solucionarlos, en vez de dedicarse a gestionar y a asumir las decisiones que necesita Cataluña.

Para los catalanes reserva un mensaje con reminiscencias del que ha utilizado el primer ministro británico, David Cameron, al dirigirse a los escoceses. Ese «estamos mejor unidos que separados» del británico se convirtió ayer en la Cámara Alta en una mano tendida a Cataluña, «para hablar, dialogar y escuchar» –como ya ofreció a Mas en Moncloa–, pero sin imposiciones de «lo tomas o lo dejas» como la que el presidente de la Generalitat puso encima de la mesa en su última visita a Madrid. «Cataluña ha hecho mucho con España y por España», dijo. La senadora de CiU le atacó por negarse a que el pueblo se exprese.

Pero la presencia de Rajoy en la Cámara Alta no fue la única que motivó que saliese a la palestra el referéndum catalán y, como no, las comparaciones con el acuerdo al que han llegado los ministros de Londres y Escocia. Fue el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo el que, ante una «curiosidad intelectual» del senador del PNV, Iñaki Anasagasti, se «mojó» en el tema y habló de una posible consulta soberanista.

Diálogo, al estilo del 78
Aunque ambos quedaron en no extrapolar el caso mencionado a España, ambos lo hicieron. Y García-Margallo se mostró tajante. Por mucho acuerdo que haya «el derecho de secesión no está reconocido en ninguna de las constituciones de la UE», sentenció el ministro. Es más, recordó que «ni la Carta de Naciones Unidas ni el pacto de derechos políticos y económicos hace primar la secesión de un Estado frente al principio de integración territorial». En definitiva, y en la línea de Rajoy, «lo que se trata es de dialogar –como en 1978– para encajar a las nacionalidades y regiones de este país en esta gran nación que se llama España».

 

Wert: «Haré cumplir la Constitución»
¿Españolizar a los alumnos catalanes? No. Lo que el ministro de Educación, José Ignacio Wert, hará es «cumplir y hacer cumplir la Constitución». Tras ser acusado en el Senado de practicar un «nacionalismo excluyente» y de estar «incendiando Cataluña», Wert se armó de valor y comenzó su alocución en un catalán, tildémoslo de tímido, para demostrar que de excluir nada de nada. Es más, insistió en que una «mala interpretación» de sus palabras, y sólo eso, es lo que ha generado toda esta polémica. Y lejos de cambiar el modelo de inmersión lingüística en Cataluña, como le achacaron, el titular de Educación dejó claro que lo único que pretende el Gobierno es que lo los niños de esta comunidad se sientan «orgullosos de ser catalanes y españoles».