El deber cumplido

La estrategia del tripartito y el nacionalismo catalán parece clara: hay que ganar tiempo como sea para que no haya resolución del TC sobre el Estatut antes de las elecciones autonómicas. En ello andan ahora con todo tipo de procedimientos y recursos legales con el único objeto es retrasar la sentencia. La razón de fondo es que tienen claro que ni en el supuesto más favorable, una resolución del Alto Tribunal, en su configuración actual, sería buena para sus intereses, pues al menos una decena de artículos, entre ellos algunos de los más polémicos, serían declarados contrarios a la Constitución. Y los nacionalistas no admiten modificación alguna. O se acepta el paquete entero, o se echan al monte del soberanismo.En este escenario de amenazas veladas e incluso directas, me resulta elogiable el empeño de la presidenta María Emilia Casas por sacar adelante un fallo antes de verano. Incluso parece haber encontrado una fórmula para el supuesto de que su ponencia no se acepte por la mayoría: se votarían uno a uno los artículos, o bien por bloques de artículos. Un procedimiento nada habitual, pero avalado por la Ley Orgánica del Poder Judicial.En esta tesitura, solo cabe alentar a la presidenta Casas en su firme determinación de resolver la cuestión aunque sea con tanto retraso. Es la mejor manera abandonar el cargo. Con la tranquilidad que otorga el deber cumplido.