Arranca la lucha por el liderazgo laborista

La carrera por el liderazgo del Partido Laborista dará hoy su pistoletazo de salida. Después de quedar por detrás de los conservadores en las elecciones de mayo, Gordon Brown anunció que él no sería un estorbo para un posible acuerdo con los liberal- demócratas. El pacto nunca llegó porque Nick Clegg cayó rendido en los brazos de David Cameron y los laboristas quedaron «huérfanos». Pero el panorama no sorprendió a nadie. Durante los últimos años las revueltas internas para deshacerse del escocés habían sido constantes. Ninguna de ellas fructificó porque todos eran conscientes de los nefastos resultados que les deparaban los comicios y nadie quería autoinmolarse, pero ahora el panorama es distinto. La formación está convencida de que el actual Gobierno de coalición no durará los cinco años que ha prometido y están decididos a buscar un líder carismático que pudiera devolverles el poder en caso de unas elecciones adelantadas. De momento, el ganador tendrá que conformarse con ocupar el sitio de la oposición en la Cámara de los Comunes, pero no parece que vaya a perder mucho tiempo con presentaciones. Tal y como estaba previsto, la carrera se centrará en tres viejos conocidos en Westminster. Los hermanos Miliband y Ed Balls, estrecho aliado de Brown, han sido los únicos que han conseguido el respaldo necesario de 33 diputados para presentar su papeleta. El plazo termina hoy, pero no parece que sus rivales vayan a entorpecerles el camino. A última hora de ayer, los otros tres que quieren hacerse con el liderazgo del partido estaban muy lejos de conseguir el apoyo necesario. Aunque en algunos casos el problema no es tanto de falta de respaldo, sino de una inoportuna polémica. John McDonnell, que representaba al ala más de izquierda de la formación, barajaba ayer retirarse tras un comentario desafortunado. En un encuentro con los sindicatos, el diputado bromeó con que le habría gustado «asesinar» en su día a Margaret Thatcher y ayer tuvo que pedir disculpas por sus palabras. En caso de abandonar la carrera, sus votos podrían ir a la otra candidata izquierdista, Diane Abbot, la primera mujer negra en conseguir un asiento en los Comunes. Muchas voces demandan que haya una fémina en la batalla, pero no parece que Abbot vaya a conseguir hoy el apoyo suficiente. Todo apunta a que la disputa se centrará en los hombres que en su día rodearon al ex «premier». David Miliband, ex ministro de Exteriores, es visto por muchos como el favorito, pero su fama podría acabar jugando en su contra porque a nadie se le escapa que al joven político le pusieron todo en bandeja en otoño de 2008 para que LE quitara el puesto a Brown y, al final, no se atrevió.

Thatcher visita a Cameron«Es genial volver a tenerla aquí», dijo un sonriente David Cameron sobre la Dama de Hierro, a la que ayer quiso homenajear. Margaret Thatcher, de 84 años, es una de las primeras visitas oficiales que recibe el nuevo primer ministro británico en Downing Street. Con un vestido azul claro a juego con el abrigo, la baronesa mantuvo con el líder de los «tories» un encuentro de 45 minutos. Según informa la BBC, Thatcher saludó y dio la mano a los periodistas que aguardaban en la puerta del número 10, sin embargo no respondió a las preguntas. El ex «premier» Gordon Brown también la recibió en 2007.Su hermano pequeño, Ed Miliband, responsable en su día de Medio Ambiente, es un caballero oscuro que podría dar en septiembre la sorpresa. Aunque no es tan conocido en la calle, goza de una gran reputación dentro del partido y tomó un gran protagonismo en la organización de la campaña electoral. Además, tiene un «plus» muy importante: cuenta con experiencia en Tesorería y es muy respetado por los sindicatos, parte clave a la hora del voto por el liderazgo.