Enseñanza inútil por Fernando Chornet

El aprendizaje se consigue cuando existe un cambio permanente o duradero en la forma de hacer las cosas, el resto es sólo memorizar. La única forma en que alguien puede realmente aprender algo, es poniendo en práctica lo que ha estudiado o lo que le han enseñado, o sea, combinando práctica con teoría.

La mayor prueba de ello la tenemos en la enseñanza. Los alumnos se dedican a leer, releer y repasar lo leído hasta que les entra en la cabeza lo escrito en los libros. Luego lo vuelcan con mayor o menor éxito en un examen y, al poco tiempo, si no han puesto en práctica lo aprendido, lo acaban olvidando. Pasa de ser conocimiento que se domina, a algo que simplemente «suena».

En el mundo de la empresa sucede lo mismo. Recursos humanos invierte tiempo y esfuerzo en localizar habilidades que deben mejorarse en los empleados para aumentar su rendimiento, convencer a la dirección de que la empresa se vería beneficiada si se potenciasen esas habilidades, y organizar cursillos. Resulta que después nadie aplica lo aprendido y se acaba olvidando.

El coaching puede ser una herramienta perfecta para evitar esa «enseñanza inútil». Lo que diferencia esta herramienta del resto, es que es individualizada y se enfoca hacia el puesto de trabajo, por lo que la transferencia está implícita. El coaching busca producir cambios en la forma de hacer las cosas que tiene el empleado, que esos cambios favorezcan su eficacia, y que se beneficie del mismo, tanto el empleado como la empresa.