Disturbios

Torrijos: concejal y «piquetero»

Que Izquierda Unida abrazase la causa sindical era algo de esperar. Sin embargo, el Grupo municipal pasó ayer de cómplice a protagonista, situándose en «primera línea de batalla». Del despacho oficial a las barricadas, y con todas las consecuencias.

Torrijos: concejal y «piquetero»
Torrijos: concejal y «piquetero»larazon

Al primer teniente de alcalde y portavoz local de IU, Antonio Rodrigo Torrijos, se le pudo ver desde primera hora de la mañana en medio del «cogollo piquetero». El líder comunista se confundió entre una multitud manifestante que incluso lanzó bolas de pintura sobre la fachada de El Corte Inglés de la plaza del Duque.

Más lejos aún llegó el delegado de Economía y Empleo, Carlos Vázquez. El máximo responsable de las políticas laborales del Ayuntamiento formó parte de un grupo de piquetes que «arrasó» el Mesón del Serranito de la calle Alfonso XII en represalia a la negativa al cierre.

La acción violenta, que se saldó con la rotura de la luna exterior del negocio, tuvo que ser atajada por los agentes de la Policía Nacional. La asociación de comerciantes Aprocom exigió ayer al alcalde que destituya a Vázquez, ya que su cargo y su acción –propias del «pistolerismo»– suponen un «contrasentido». El colectivo, que confesó sentirse «desprotegido e indefenso» ante sus gobernantes, se preguntó «¿en manos de quién estamos?». La Delegación desvinculó en un comunicado a su dirigente de los hechos violentos denunciados.

Junto a Vázquez, se encontraba Pedro Miño, director de área de Juventud y Deportes. Gran «factótum» de los actos republicanos y revolucionarios de IU en la Alameda de Hércules, a Miño se le vio tanto en la «razzia» contra el Mesón del Serranito como en el gran piquete que recorrió la calle Tetuán forzando el cierre de los negocios de la zona. Por su parte, el delegado del ramo, José Manuel García, estuvo hombro con hombro con los piquetes de Mercasevilla, evitando que se distribuyera el género desde este polo de abastecimiento de la capital. En el curso de las manifestaciones, la Policía reclamó al edil que se identificara. Todos los concejales comunistas secundaron la huelga y el Grupo municipal estuvo cerrado a cal y canto.

Durante la mañana se produjeron los disturbios más notables en la capital. Hasta cuatro personas resultaron detenidas por enfrentamientos con las fuerzas del orden. La zona de Torretriana, como suele ser habitual en este tipo de protestas, sufrió cortes de tráfico. Los accesos a la A-92, A-49 y N-IV fueron bloqueados con neumáticos quemados, mientras que los trabajadores de Astilleros se hicieron fuertes en la carretera de la esclusa. Tres integrantes de las protestas fueron llevados a dependencias policiales, que abandonaron en libertad sin cargos ya por la tarde.

El Rectorado vivió asimismo duros enfrentamientos. Varios manifestantes intentaron evitar la entrada en la sede universitaria. La Policía tomó cartas en el asunto y, en medio de la operación de desalojo, un joven agredió a un agente. El «piquete» fue detenido y pasó a disposición judicial acusado de atentado contra agente de la autoridad.