París

El temor a la recesión global noquea de nuevo a las bolsas

La palabra recesión es el «coco» del mercado. Cada vez que suena en algún tipo de informe económico, la Bolsa se desploma, y ayer fue Morgan Stanley, el banco de inversión norteamericano, el que situó a EE UU y a Europa al borde de la misma para devolver el miedo a las principales plazas.

Un analista del DAX hoy con el gráfico del índice detrás
Un analista del DAX hoy con el gráfico del índice detráslarazon

Concretamente, la entidad señaló que la primera economía del mundo y la eurozona «se acercan peligrosamente a la recesión para el periodo comprendido entre los próximos seis y doce meses». Ahí es nada, un año más de problemas que se añaden a los cuatro que llevamos ya de crisis económica.


La vuelta del fantasma
Si alguien pensó por un momento que la posibilidad de que Occidente repitiera tres trimestres de decrecimiento formaba parte del olvido, la entidad estadounidense le hizo cambiar rápidamente de opinión. Además, el banco rebajó su previsión de crecimiento mundial al 3,9% para este ejercicio y al 3,8% para el siguiente, desde el 4,2% (2011) y el 4,5% (2012), y culpó a las autoridades europeas de los errores cometidos en la crisis de deuda en la eurozona.

Los inversores no dudaron en pulsar el botón de vender ante la incertidumbre económica en una sesión en la que los únicos que ganadores fueron los bajistas. Y ni siquiera ellos, ya que las operaciones en corto siguen prohibidas hasta nueva orden, lo que pone de manifiesto la ineficacia de una medida encaminada a frenar los descensos. Ayer, con especuladores o sin ellos, la Bolsa sangró.

El mercado puso fin a la tregua de las últimas cinco sesiones con abultados descensos en los principales índices, y la peor parte se la llevaron los bancos, perjudicados por la posible introducción de un impuesto a las transacciones financieras (la «tasa Tobin»).

Las entidades dicen «no», lógicamente, a los impuestos sobre su actividad, que la Comisión Europea (CE) anunció ayer para octubre, antes de la reunión del G-20. El Ejecutivo comunitario avanzó que será un impuesto «light» en el que se lleva trabajando «desde hace tiempo», explicó la portavoz, Cristina Arigho.

El objetivo es reducir las aportaciones de los países comunitarios en concepto de IVA por un nuevo modelo impositivo comunitario que se complementaría con una tasa sobre la actividad bancaria que ya avanzaron Sarkozy y Merkel esta semana. Las dos tasas aportarían 60.000 millones hasta 2020.

En este escenario, y con malos datos macroeconómicos procedentes del otro lado del Atlántico, las principales plazas del Viejo Continente sufrieron una jornada negra para prolongar un mes de agosto aciago para la renta variable. El Ibex 35 se dejó un 4,7%, la segunda mayor caída de agosto, y llegó a caer un 6% una hora antes del cierre. La horquilla de cotización se amplió hasta casi 500 puntos, ya que el selectivo marcó máximo en 8.644 puntos, mientras que el mínimo se fue hasta 8.166.


La banca paga el pato
En el resto de grandes plazas europeas, signo negativo con descensos superiores al del selectivo español en París (-5,48%) y Fránc-fort (-5,82%). Los bancos se llevaron la peor parte ante la previsible irrupción de la «tasa Tobin». Así, la gala Société Générale se dejó un 12,34%, la italiana Intesa San Paolo recortó un 9,26% y la holandesa ING cedió un 8,45%. El Commerzbank germano se desplomó un 10,42% y el Deutsche Bank un 7,02%, mientras que en la banca británica la peor parte se la llevó Barclays (-11,46%).

En España, tanto BBVA (-5,76%) como Santander (-4,08%) se asomaron al nivel de 6 euros por acción, un soporte que ya perdieron hace una semana por primera vez en los últimos dos años.


QUÉ ES LA TASA TOBIN
En qué consiste
Fue anunciada en el año 1972 y presentada en 1978 por James Tobin, el que tres años después fuera galardonado con el Premio Nobel de Economía. La tasa que llega ligada su apellido consiste, en esencia, en un impuesto a cada una de las transacciones financieras fuera del ámbito nacional. Equivaldría a entre 10 y 25 centavos por cada 100 dólares. Su objetivo sería frenar el flujo de capitales a muy corto plazo, cuyos beneficios son muy similares al tipo impositivo del 0,1-0,25%.
40.000 millones en juego
El impuesto sobre transacciones financieras que ha resucitado la cumbre entre Merkel y Sarkozy tiene como objetivo frenar en seco la especulación; a las inversiones que se localizan y deslocalizan varias veces en un día. En tiempos de crisis puede ayudar a reducir el déficit de los estados por la vía del aumento de ingresos. La UE, por ejemplo, podría recaudar 40.000 millones de euros anuales si crea este impuesto. El problema es que algunos lo consideran una «intervención» del mercado.


MERCADO DE DEUDA
El «bund» eleva la prima de riesgo

El «bund» (bono de Alemania a diez años) actuó como valor refugio y su interés descendió hasta el 2,087% (mínimo histórico) en el mercado secundario. Como consecuencia, el diferencial del resto de países europeos se amplió, lo que elevó la prima de riesgo de España, cuyo interés creció hasta el 4,991%, hasta los 290 puntos básicos (un 2,9%). Al otro lado del Atlántico, el bono de EE UU también marcó mínimo de los últimos dos años y su interés llegó a cotizar en el 2,03%.