España un equipazo

España tiene otra selección más de la que presumir y van... Cambian los nombres y las raquetas, pero el equipo de la Davis ha convertido la lucha por la Ensaladera en una feliz costumbre. Ferrer fue el encargado de ejecutar a John Isner y certificar la victoria (3-1) ante Estados Unidos para un grupo en el que él era el único superviviente del título logrado hace apenas diez meses en Sevilla. España domina el torneo en el siglo XXI con la superioridad de la que sólo presumieron Estados Unidos y Australia en los últimos 70 años. La final ante la República Checa, que previsiblemente se disputará en Praga sobre pista dura, será la cuarta en los últimos cinco años. España buscará su sexto título en los últimos doce años. Los números son mareantes.
Y eso sin la participación en toda la temporada del mejor jugador español de la historia. Con Nadal apartado por sus problemas físicos, con el doble felizmente reinventado y con un cambio en la capitanía, el equipo ha vuelto a dar la talla. La eliminatoria ante Estados Unidos se resolvió de la forma en que debía hacerlo por un jugador que suma 16 victorias en otros tantos partidos como local. Ferrer es un tipo fiable, en cualquier tipo de superficie y con unas circunstancias que no facilitan su trabajo. En La Cartuja, en la última Ensaladera, no estaba convencido de regresar al equipo. Pues menos mal. Se ha convertido en su líder, aunque a él no le gusta precisamente el protagonismo. «Estoy feliz, mucho, por volver a hacer una final de Copa Davis, porque siempre he dicho que en esta competición es donde más emociones he tenido y, sobre todo, por poder compartir esto con este grupo, con estos compañeros con los que me llevo tan bien», comentó después de que Isner se rindiera y la raqueta de «Ferru» terminase en la grada de la pista gijonesa.

El «grupo» del que habla Ferrer lo ha sabido reinventar Álex Corretja. El nuevo capitán es íntimo amigo de su predecesor, Albert Costa. Entre ambos prepararon el relevo desde el éxito y Corretja ha sido capaz de responsabilizar a Ferrer como número uno, de inventarse a un escudero como Almagro, que parecía perdido para la causa, y de cocinar un doble que podía haber tenido mucho más protagonismo y mucho antes. Del dúo Verdasco-Feliciano se ha pasado a una pareja más terrenal, Granollers-López. «Feli» ha quedado como quinto hombre y el toledano, el que más vive la Davis de todo el equipo, ha sabido asumir su papel sin mayores problemas. «Marçi» y Marc son capaces de competir con cualquiera y en cualquier sitio.
Ahora llega la Chequia de Berdych y Stepanek, dos viejos conocidos. La penúltima Ensaladera, la segunda en el Palau Sant Jordi, llegó precisamente ante ese rival. El paisaje ahora es muy diferente. Los checos han aprovechado la lesión de Del Potro para evitar otra lucha por el título entre Argentina-España. Sin su número uno, los suramericanos cedieron en el cuarto punto. No podían ir más lejos. «Con un rival como España, poder elegir la superficie va a ser muy importante. Será una final durísima», fue el primer comentario de Berdych tras la serie en Buenos Aires. Corretja sabe a qué atenerse: «Será una pista cubierta y lo más rápida que se pueda. Berdych en esa superficie es muy agresivo con un juego muy plano y Stepanek es un veterano que juega muy bien hacia delante y que en una pista rápida será incómodo». Ninguna sorpresa.

La única por parte de España sería la presencia de Nadal, pero está casi descartada. Él y su entorno piensan en el próximo ejercicio y su presencia en Praga se «limitaría» a animar al equipo donde es uno más. El bloque, del que su capitán asegura que no ha llegado hasta aquí «para morir en la orilla», es la gran fuerza de un grupo que está muy lejos de los conflictos de otras épocas y de los que se viven en otros equipos. Más que una selección, es un equipo que siempre rema en la misma dirección y que sabe que la sexta Ensaladera está a un paso. Los jugadores, los que están y el que no, son conscientes de que pueden seguir haciendo historia.