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Zorros del foro por Antonio PÉREZ HENARES
En realidad siempre ha estado por allí y de vez en cuando se les veía asomar las orejas o desaparecer el rabo, pero andaban siempre por los extremos del enclave, donde incursionaban ocasionalmente, pero sin establecerse en el territorio. Ahora lo han hecho y, sorprendentemente para algunos, en lugares muy transitados y frecuentados por los humanos. Una pareja de raposos ha sacado su camada adelante y prospera en la Casa de Campo madrileña.
Tiene mucha lógica. Primero porque si existe un animal adaptable, con capacidad de medrar cerca del hábitat urbano, es el zorro. Incluso de aprovecharlo. En la Casa de Campo hay especies salvajes, conejos, liebres, perdices, pájaros y roedores de los que alimentarse, también frutos y bayas a las que no hace ascos, pero además están los desperdicios que nosotros dejamos y que a ellos les sirven de despensa. Las parejas de guardias municipales estaban hartos de verlos bajar en los crepúsculos ya casi siguiendo una misma ruta hasta lugares señalados donde saben que existe comida segura. Finalmente los han filmado. Han sido noticia y a los madrileños, como aquélla de que teníamos halcones peregrinos en la Gran Vía, les ha gustado.
Es difícil que, aunque se multipliquen, puedan ir mucho más allá de ese perímetro, porque para ellos cruzar las líneas casi infranqueables de la M-30 y otras carreteras muy transitadas se convierten en la peor de las fronteras donde lo más fácil es perder la vida al atravesarlas. Pero cosas más increíbles han logrado. Vamos, que no se asuste nadie si cualquier día, y vaya usted a saber cómo, se presenta un «maese» en el Retiro.
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