Jaime Renedo: «Los viajes son una cura de humildad»

–¿Existe vida en la gastronomía sin Ferran Adrià?
–Por supuesto, aunque es evidente que Adrià ha sido el gran embajador de la gastronomía española. Cambió totalmente la imagen del cocinero, como también lo hizo, desde una óptica más clásica, Santi Santamaría. Pero hay más casos: por ejemplo, Gastón Acurio ha sido el gran impulsor de la gastronomía peruana.

–Es inevitable hablar de crisis, aunque sea con un chef con tanto éxito como usted.
–Tenemos dos restaurantes, Asiana y Asiana Nextdoor y, de momento, no lo hemos notado mucho, aunque es mejor decirlo con la boca pequeña. En Asiana se nota un poco más que la gente se lo piensa mucho antes de gastar cien euros por cubierto.

–¿Usted nota si los clientes están saturados de los experimentos con las espumas y la gastronomía molecular?
–Quizá puede que llegue a cansar. Sin embargo, hay otros universos sensoriales como combinar la gastronomía thai con la peruana o la malaya también con la peruana, que procuran unos contrastes en el paladar muy interesantes y que cada vez tienen más seguidores.

–Será porque los españoles viajamos más...
–Seguro, y por esa razón ha crecido la necesidad de conocer cosas nuevas.

–Hablemos de su generación. ¿Qué opinión le merece?
–No me atrevo a caer en estereotipos. Tengo esperanza. Sin embargo, no debo pasar por alto que somos los que más estamos sufriendo la crisis. Nadie puede esconder la cabeza como un avestruz ante eso.

–¿Están inmersos en una catarsis?
–Sí. Toca apretarse el cinturón, pero una crisis hasta puede venir bien.

–¿En serio?
–Sí, porque se pueden depurar muchas actitudes e ideas basura. Lo que está claro es que sobrevivirán los mejores y los que tengan las mejores propuestas.

–¿Es la vivienda uno de los grandes problemas?
–Sí, pero me cuesta entender la mentalidad española de que hay que tener una vivienda en propiedad. No entiendo esa prisa, más que nada porque no te garantiza nada, vas a estar pagándola media vida. Ya se comprará cuando se pueda. Además, siendo jóvenes, a saber dónde nos llevará el mundo.

–Es que usted tiene un carácter muy viajero...
–Los viajes te abren la mente y en muchas ocasiones son una cura de humildad. Por ejemplo, en Camboya comí en un puesto de la calle y la comida estaba deliciosa.

–¿Hablamos de política?
–Difícil. Vivo en una contradicción. La llegada del PP le vendría muy bien a mi negocio, pero tengo una sensibilidad de izquierdas.