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Así se puso a «dieta» el Gobierno
MADRID- El compromiso era un Gobierno austero, de tamaño reducido, y lo que ayer se presentó fue el Gobierno más reducido de la historia de la democracia, aunque el recorte no llegue a las diez carteras de las que se llegó a hablar por comparación con el modelo autonómico del PP. Trece ministros, uno menos de los que tuvo el primer Ejecutivo de José María Aznar, y con una sola vicepresidencia política. Nueve hombres y cuatro mujeres.
Según explican fuentes próximas al presidente del Gobierno, esta reestructuración ministerial «está al servicio de la austeridad» y «de la eficacia en el área económica». Por eso Mariano Rajoy ha vuelto a la división entre Economía y Hacienda, tal y como ocurrió en el anterior Gobierno del PP. De Economía cuelga la etiqueta de Competitividad, para ratificar así el compromiso, que le demandan también desde Bruselas, con una política reformista que subsane las debilidades estructurales de España en esta materia. Y a Hacienda le añade la cartera de Administraciones Públicas. En el debate previo barajaron unirla a Presidencia y hasta trocearla, y al final la opción ha sido ligarla al departamento que tendrá entre sus primeros retos hacer un nuevo Presupuesto para marzo. Administraciones Públicas estaba vacía de competencias y ahora cobra un nuevo peso, pero en su perfil económico, es decir, en lo que tiene que ver con la reorganización administrativa que Rajoy ha anunciado que impulsará para eliminar duplicidades y, por tanto, para ganar en austeridad y cumplir con el mandato de la Estabilidad Presupuestaria. El titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, tendrá que lidiar a la vez con el ajuste presupuestario y con el de la reorganización del modelo territorial.
En esa revisión del área económica Rajoy salva el Ministerio de Trabajo para mantener una interlocución directa con los agentes sociales. Pero simbólicamente le cambia el nombre por el de Empleo y Seguridad Social, en un guiño a su compromiso electoral de dedicar todos sus esfuerzos a la lucha contra el paro. Otro retoque nominativo afecta al Ministerio de Industria y Turismo, que ahora pasa a ser también de Energía –la energética es otra de las grandes reformas anunciadas por Rajoy. Como dijo en campaña, ha recuperado el Ministerio de Agricultura, del que cuelga Medio Ambiente con una potente Secretaría de Estado. Y Fomento es la única cartera de perfil económico que se salva de la reestructuración. La otra gran novedad es el superministerio social que integran Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, una apuesta personal del presidente del Gobierno con vistas a combatir las consecuencias sociales de la administración de la crisis y de las impopulares decisiones que tendrá que adoptar para cumplir con el objetivo de déficit impuesto por Bruselas. En los departamentos de peso, Interior, Defensa, Exteriores y Justicia, no hace cambios, fiel así a su estilo ajeno a la improvisación y a asumir riesgos innecesarios. En tres de los Ministerios –Educación, Cultura y Deporte, Economía y Competitividad y Defensa– recaen ministros sin carné del Partido Popular.
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