Otro domingo sangriento en Nigeria

A las 8:30 de la mañana, en plena misa en el campus de la Universidad Bayero, al norte de Kano, un grupo de hombres armados atacó con bombas caseras y disparos a los nigerianos presentes en el servicio religioso. A las autoridades del país más poblado de África les sorprendió fatalmente el ataque contra estudiantes cristianos, pero indicaron que, tanto por el «modus operandi» como por el objetivo, llevaba la firma de Boko Haram, grupo islamista radical que ha aumentado su ofensiva en los últimos seis meses. Y, lamentablemente, también indicaron que había mejorado en su estrategia.
Los testigos narran su sobrecogedora experiencia en la mañana del domingo. Los hombres de Boko Haram, que significa «la educación occidental es pecado», atacaron dos recintos donde la Universidad Bayero ofrecía el servicio religioso. Llegaron en un coche y dos motocicletas y en menos de media hora abandonaron el lugar. Si por la primera explosión, cerca de la facultad de Medicina, sólo murió una persona, los islamistas radicales no dudaron en perseguir a punta de pistola a los jóvenes que huían en estampida. Minutos después se dirigieron al polideportivo de la universidad, donde otros cristianos estaban en misa. «Escuché disparos desde el complejo deportivo y de repente... el pandemónium», contó al diario «Vanguard» un testigo, quien vio cómo dos hombres disparaban indiscriminadamente.
Ni la Universidad ni la Policía dan cifras oficiales de los fallecidos a consecuencia de estos ataques con bombas preparadas en latas de refresco y con pistolas y ametralladoras. Sin embargo, los medios locales hablaban, al cierre de esta edición, de una veintena de muertos, 19 de ellos por heridas de bala. El gran número de heridos fue trasladado al hospital Mallam Aminu Kano, según publicaba ayer el diario «Leadership», medio al que el portavoz de la Universidad Bayero, Alhaji Mustapha Zahradeen, indicó que entre los cadáveres se encontraban dos profesores: uno del departamento de Química y otro del de Biblioteconomía. Supuestamente, el resto son estudiantes. «Nunca pensamos que un ataque así nos podría ocurrir», aseguró Zahradeen.
Boko Haram no da tregua a Nigeria; de hecho, ha aumentado su insurgencia tanto en el norte –de mayoría musulmana– como en la capital. El jueves pasado, los islamistas radicales atacaron dos sedes del periódico «This Day» en Abuja y en Kaduna, matando a nueve personas. Y hace dos semanas pusieron una bomba en un bar, en el que se sirve alcohol, de Kano. Aunque, sin duda, los peores atentados de este primer cuatrimestre de 2012 se produjeron el Día de Pascua, en el que terminaron con la vida de 41 feligreses de Kaduna, y el pasado 20 de enero, cuando asesinaron a 185 personas, también en Kano.

Imagen del interior de la iglesia atacada ayer en Nairobi (Kenia)