Ciudadanos

Bronca en el Congreso por el «caso Faisán»

Se dice que no hay mejor defensa que un buen ataque, principio que ha seguido hoy el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, en la sesión de control del Congreso, donde el Partido Popular ha tratado un miércoles más de acosar al "hombre fuerte"del Ejecutivo socialista por el chivatazo del "caso Faisán".

Y un miércoles más ha sido el diputado Ignacio Gil Lázaro el encargado de hacer de ariete frente al muro dialéctico de Rubalcaba, objeto de todo tipo de cargas de profundidad del PP a cuenta de la investigación judicial del chivatazo con el que se alertó a ETA de una operación contra su red de extorsión llevada a cabo en 2006.

Según Gil-Lázaro, Rubalcaba es "responsable político"de un caso que ha definido como la "mayor bajeza en Interior"desde la llamada "guerra sucia"contra ETA, porque el titular de Interior no ha investigado internamente lo ocurrido, ha intentado engañar al Parlamento y además ha tratado de evitar que la justicia actúe.

Y más allá de todo eso, le ha espetado: "El 'caso Faisán' es el precio político que ustedes pagaron por el inicio de ese sucio y mal llamado proceso de paz; apesta a cloaca de Estado y por eso el 'caso Faisán' pende sobre su cabeza".

Rubalcaba ha salido primeramente en defensa del secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, y ha exigido a los "populares"disculpas públicas por haberle querido implicar en el asunto cuando existe un auto judicial, del viernes pasado, que le exculpa.

Enseguida ha pasado al ataque, al recordar que los del PP "celebran fiestas y se alborozan con imputados, con procesados, con prescritos, con proscritos", y practican la "doble vara de medir"porque proclaman la inocencia de los suyos cuando pasan por los tribunales pero acosan a alguien como Camacho, que está exculpado.

Ha dicho el vicepresidente a Gil-Lázaro que sabe que tiene algo contra él y le ha afeado que haga "preguntas patéticas"a Interior por escrito para luego, ha remarcado, "lucirse en las cadenas de extrema derecha, criticando a la Policía".

Este reproche ha encantado a los diputados socialistas, desde cuyos escaños ha crecido una especie de rumor entusiasta acompañado de aplausos y vítores.

Finalmente, el vicepresidente y ministro del Interior ha lanzado su dardo más envenenado.

"A usted no le gusta lo que está pasando; estamos ante el principio del fin de ETA. Esta semana, mejor que la anterior, la semana que viene, todavía mejor, y se lo recordaré una y otra vez en esta Cámara", ha concluido, sin dejar de mirar a su interpelante y provocando otra larga ovación del grupo socialista.

En esta idea ha coincidido más tarde el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, interpelado por otro diputado del PP, Ignacio Cosidó, quien ha pedido al Gobierno "coraje político"para decir la verdad sobre el "caso Faisán"y evitar más daño a los funcionarios de Policía.

Para Jáuregui, la oposición "nunca", ha remarcado, debe recurrir a la lucha antiterrorista para desgastar al Gobierno, y cree "sospechoso"que lo haga ahora, en el momento, ha puntualizado, "más interesante y más cercano a la paz que nunca hemos tenido en la historia".

El calor con el que el Gobierno se ha defendido por el "caso Faisán"no ha tenido correspondencia en otras preguntas de la sesión, y el mismo Rubalcaba ha parecido eludir el "cuerpo a cuerpo"con la portavoz del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, que le ha preguntado por el paro.

Aunque la jefa de filas del grupo popular ha tratado de hacer ver que Rubalcaba es muy responsable de la "agenda de engaños"del Gobierno, el vicepresidente ha usado el tono bajo para contestarle, le ha dado un suspenso en empleo juvenil a Rajoy y cuando ha mencionado el Plan E como una de las medidas para crear empleo ha suscitado carcajadas entre los "populares".

También, como cada miércoles, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha contestado al líder del PP, Mariano Rajoy, en edición reiterada de sus "cara a cara"económicos.

El jefe de la oposición ha enfatizado los errores de la política económica del Gobierno y el presidente ha recurrido a la ironía; sospecha Zapatero que el PP va a culparle desde la subida del precio del petróleo hasta del huracán "Katrina".