Historia
Mensaje de vida por Antonio PÉREZ HENARES
En el momento de echar la vista atrás con motivo de nuestro octavo aniversario quiero enviarles a ustedes un mensaje positivo. Pero no sólo como gesto voluntarioso, sino también cargado de razones. Que las hay.
Porque hay un hecho evidente y alentador. La conciencia ecológica, el sentimiento de preservar el patrimonio natural ha crecido y es cada vez más fuerte en el conjunto de la sociedad española. Su necesidad no es discutida por nadie y trasciende cualquier ideología. Y ha dado sus frutos.
Que los ha dado y ellos son el mejor de los alientos para seguir avanzando en esta línea. La naturaleza española, sus especies más emblemáticas, se ha ido recuperando en ocasiones de manera notoria y espectacular. Y hay que decirlo. Hay que felicitar y felicitarnos, pues con el esfuerzo de todos hemos logrado éxitos que nos permiten esperanza y expectativas de mejores futuros.
Les pondré cuatro ejemplos bien claros. El oso cantábrico, que ha cuadriplicado sus poblaciones; el águila imperial, que puebla cada vez más cielo; el lobo, que no ceja en recolonizar nuevos territorios y hasta el lince, que se ha recuperado lentamente, muy lentamente, pero que ya no está en aquel imparable declive sino que prospera.
Cierto que hay problemas y gravísimos, y que no han cesado los desmanes contra nuestro paisaje, nuestros bosques y nuestros ríos. Pero también es cierto que la contestación y las barreras contra ellos son cada vez más fuertes y más altas. Cierto que hay espacios amenazados, especies en serio peligro de extinción y el fuego y la avaricia siguen destruyendo arboles y montañas. Pero también es cierto que se cumplen sueños. Les diré uno cumplido y otro que espero disfrutar un día. La resurrección del Parque Nacional Las Tablas de Daimiel es una realidad maravillosa y espero que mis ojos todavía alcancen a ver brotar de nuevo al Guadiana por los suyos.
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