El comunicado de la banda ETA

La banda terrorista ETA pretende hacernos creer que prepara su mochila para la autodisolución con un comunicado que está al caer en el que nos aseguraría un alto del fuego indefinido sólo condicionado a la amnistía de sus presos y al reconocimiento del derecho a la autodeterminación de Euskal Herría. Saben de sobra que la amnistía es prácticamente imposible al no estar contemplada en nuestro ordenamiento jurídico, y que la única vía sólo podría limitarse a medidas de gracia previa renuncia expresa de la violencia, el perdón de las víctimas, la entrega de las armas y la aceptación de fórmulas democráticas como único método de participación política. El antecedente de Terra Lliure al integrarse en ERC pasó por esos términos, que son, dicho sea de paso, los únicos que puede aceptar el Estado de Derecho. Gracias a él la banda terrorista catalana vio la salida al túnel de la violencia y permitió que algunos de sus dirigentes acabaran siendo «consellers» en los sucesivos gobiernos tripartitos de Maragall, primero, y Montilla, después. ETA sabe también que el PSOE se adentra en una larga travesía del desierto que puede durar años, los suficientes para que el PP acabe por la vía policial con el último resquicio de la dictadura que representan. Por eso les va que ni pintada la propuesta de Rubalcaba de encontrar la mal llamada «solución final», es decir, aprovechar la inercia de los socialistas para poner tierra de por medio con algo que sólo les lleva a su desaparición y a la cárcel. Por eso quieren acogerse a la única tabla de salvación que les queda y que sólo les brinda el PSOE. Pero han de dar muestras de quererlo hacer. Las palabras de ETA se las lleva el viento, como hemos visto con Sortu y su descerebrado diputado general de Guipuzcoa. ¡Qué entreguen las armas, pidan perdón, dejen los tiros y las amenazas y ya hablaremos! Porque no se puede pasar página tan alegremente a 50 años de violencia y más de mil muertos en el País Vasco, además de los miles de exiliados, también vascos.