«Francia rescatará a Asia Bibi»

MADRID- La periodista francesa Anne-Isabelle Tollet presentó ayer el libro-testimonio que confeccionó con las declaraciones de Asia Bibi, la madre de familia católica condenada a muerte y encarcelada en Pakistán por un supuesto delito de blasfemia. «No llegué a hablar con ella directamente, porque Pakistán no está orgulloso de este caso y no deja que se le acerquen los periodistas occidentales», explica Tollet a LA RAZÓN, «pero le hice todas las preguntas a través de su marido, Ashiq, que entraba en la cárcel y luego me explicaba las respuestas». El libro es, pues, una confesión en primera persona de una mujer que está agotada, exhausta por las duras condiciones y el acoso al que se ve sometida por carceleros que le odian y desprecian por su fe. Especialmente desde que los fundamentalistas mataron a su mayor defensor, el ministro de minorías Shahbaz Bhatti, a quien los obispos paquistaníes quieren beatificar por mártir, se siente hundida, y sólo el cariño de su familia y el apoyo exterior la mantienen en pie. «La familia está amenazada por los fundamentalistas; sus cinco hijos van de casa a la escuela, guardan silencio, procuran no llamar la atención», explica Tollet. «Ahora ponen mucha esperanza en este libro, en que se sepa la historia de su madre, en que otros países la ayuden, piensan que eso puede hacer milagros. Y yo misma, como periodista francesa, creo que podemos hacer mucho bien». En España el libro lo publica LibrosLibres en colaboración con Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) y la campaña MásLibres en defensa de la libertad religiosa. «Me gustaría que nuestro Gobierno tuviese un papel más activo en estos temas», reconoce Javier Menéndez, director de Ayuda a la Iglesia Necesitada. «Algunas personalidades del PP conocen bien la falta de libertad religiosa en otros países, como el diputado del Parlamento Europeo Jaime Mayor Oreja, que nos ayudó a traer a Europa a los obispos iraquíes. Pero ojalá el Gobierno se implicase más. Y en el Parlamento Europeo se podría buscar una posición común», añade. Por el momento, es Francia quien lleva la delantera, según Tollet. «El día que se consiga la libertad de Asia Bibi, si se alcanza, el personal de la embajada francesa la acompañará de la cárcel al aeropuerto y en un vuelo a París. El presidente Sarkozy ha dicho que con orgullo la aceptará como refugiada». Pero para eso hay que mantenerla viva y liberarla. «Me consta, honestamente, que es eficaz que los ciudadanos de cada país presionen a sus gobiernos para que éstos presionen a su vez a sus embajadores con Pakistán», afirma la periodista. «Si no hablamos de Asia Bibi, morirá. Además, los gobiernos europeos han de pedir a Pakistán que derogue la Ley de la Blasfemia», pide. AIN apoya todo ello, pero propone desde hace meses otra arma potente: una campaña de oración.