«Todos somos víctimas del público»

-Sale de gira con su espectáculo «El final de este estado de cosas». Parece un título revolucionario.
-Se lo puso mi madre. Es sobre el Apocalipsis.
-Algunos dicen que ya estamos en él...
-Siempre estamos en el Apocalipsis. Vivo en el Apocalipsis desde que nací.
-También dicen que después de la crisis nada será igual. ¿Se lo cree?
-De mis crisis ha salido lo mejor de mí; pero no sé qué pasará en las crisis colectivas.
-Cambiémoslo todo para que todo siga igual, ¿no?
-Hace falta mover las cosas, aunque luego se queden como estaban.
-Dicen de usted que su baile es iconoclasta...
-Soy un iconoclasta que parte de la tradición. Ahora, volver a lo más simple es revolucionario.
-¿Qué se ha cargado para hacer lo que quiere?
-El costumbrismo. He roto el clasicismo, las ataduras. Pero tengo más valor en el escenario que en la vida real.
-Ha defraudado a sus padres: les gustaba más el bailaor de antes...
-Les hacía ilusión verme clásico, pero si quieres tener tu vida, tienes que defraudar un poco a tus padres.
-Al final, ¿ir uno a su aire es rentable?
-Pagas un peaje y luego puede que te vaya bien. Yo siempre he bailado en el alambre y eso me ha hecho crecer.
-Dice que sus maestros son Kubrick, Pasolini y Buñuel...
-Kubrick me ha enseñado el poder de la imagen; Pasolini, el trabajo gestual de los actores, y Buñuel, la ironía; me ayudó a salir del tópico flamenco.
-En «Arena» plasmó el mundo de los toros sin tópicos...
-Sí, el toro era el público. Decía Luis Miguel Dominguín que te mata el público, no el toro. Todos somos víctimas del público.
-Ve en los toros, leo, crueldad y sensibilidad...
-Yo le daría el carné de torear a unos pocos. Hay toreros y carniceros.
-También vuelve con «La Edad de Oro». ¿Cuándo será esa edad?
-La edad de oro es todos los días. No creo que antes todo fuera mejor que ahora.
-¿Usted está en su edad de oro?
-Todavía no he tocado el oro; aún estoy en el bronce.
-Alguien dijo que los hombres serios no bailan...
-Yo no soy serio, sólo tímido. En verdad, soy el bicho raro de la familia.
-Claro, baila «La metamorfosis» de Kafka...