Cambios en el PP
El Gobierno coge peso y edad
Después de meditar y sopesar los consejos de propios y extraños, el jefe del Ejecutivo decidió este fin de semana, contra todo pronóstico, escuchar las voces internas de su partido, que le demandaban desde hace meses una remodelación en profundidad de su Gabinete para dar entrada a grandes pesos pesados de la política socialista, más eruditos en las artes oratorias, y poder afrontar, así, en mejores condiciones el complicado año y medio que resta hasta las generales
Con la decisión adoptada, descolgó su móvil este domingo y comunicó los cambios a la vicepresidenta primera, su fiel acompañante en estos años de Gobierno, algunos excesivamente difíciles y en los que «ha aportado su buen hacer, sobre todo, en la conquista de derechos fundamentales». Hace ya meses, Teresa Fernández de la Vega le dejó entrever su disposición a abandonar el Ejecutivo si así lo decidía, según fuentes gubernamentales. Por tanto, a De la Vega no le cogió por sorpresa la revelación del presidente.
Disciplinada donde las haya, dejará su acta de diputada para encaminar sus pasos hacia el Consejo de Estado. El jefe del Ejecutivo trasladó a su leal compañera de viaje de estos años la necesidad de dar un giro al Gobierno, de incluir personajes con un mayor peso político y capacidad comunicativa para afrontar el calendario electoral que se avecina, en el que se adoptarán reformas decisivas, como la de las pensiones.
Para esta travesía hasta las generales, Zapatero ha confiado y recuperado a la vieja guardia de Felipe González. Alfredo Pérez Rubalcaba, Ramón Jáuregui y Marcelino Iglesias serán los rostros que pongan cara al tercer y último tramo de la legislatura, una vez despejadas las distintas incertidumbres que pensaban sobre el panorama político. Así lo puntualizó ayer el presidente, tras informar al Rey de la remodelación de envergadura que había decidido para su Gabinete.
Según su relato, estos cambios han sido posible tras superar las incertidumbres financieras y presupuestarias, con el rechazo ayer de las enmiendas a la totalidad a los Presupuestos Generales del Estado de 2011, y, por ende, la política sobre la convocatoria o no de las elecciones generales anticipadas. Para esta nueva etapa, marcada por el deseado fin de ETA y la adopción de las reformas necesarias para edificar los cimientos de la recuperación económica, José Luis Rodríguez Zapatero ha atendido el requerimiento de los suyos y ha dado un mayor papel a Rubalcaba al nombralo vicepresidente primero y portavoz del Gobierno por su «capacidad» y su dotes de gran comunicador. Además, seguirá al frente del Ministerio del Interior, porque «nos encontramos en un momento decisivo para el final de ETA», según admitió el jefe del Gobierno.
El Ministerio de la Presidencia, hasta ahora en manos de De la Vega, pasará a las del dirigente vasco Ramón Jáuregui. Su cualidad para transmitir mensajes a la sociedad le valdrá para que tanto el nuevo portavoz del Ejecutivo como Zapatero le den mayor cancha en el ejercicio de la Portavocía del Gobierno.
Además, el presidente, guiado por la gratitud y por la necesidad de enmendar los errores de comunicación, decidió cambiar de la cartera de Sanidad a la de Asuntos Exteriores a Trinidad Jiménez, la mujer, que en su día, le hizo de enlace con Felipe González. Mientras, Miguel Ángel Moratinos se despidió ayer en el Congreso de los Diputados visiblemente emocionado, como si no se esperara su relevo.
El jefe del Gobierno ha querido premiar también a Leire Pajin, hasta ahora secretaria de Organización del PSOE, al nombrarla ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad. Con esta designación, la retira la primera línea de fuego del partido en un momento en el que estaba internamente cuestionada. En su lugar, propondrá al comité ejecutivo del PSOE que se reunirá este sábado a un histórico, a Marcelino Iglesias. El nombre del presidente aragonés se impuso ayer, después de que los barones socialistas vetaran a Gaspar Zarrías, actual secretario de Estado de Política Territorial.
En esta remodelación, el presidente no ha dado puntada sin hilo. Por eso ha realizado un claro y esclarecedor guiño a la izquierda con la incorporación de Valeriano Gómez, secretario general de Empleo en 2004, y Rosa Aguilar. La actual consejera andaluza de Obras Públicas y Vivienda, se integra en su Gabinete como independiente en sustitución de Elena Espinosa, amiga personal de De la Vega, al frente de Medio Ambiente y Medio Rural Marino. Mientras, Gómez, que respaldó el 29-S con su presencia en la manifestación que puso el broche y final a la jornada de huelga genral, revelará a Celestino Corbacho en el Ministerio de Trabajo. Su designación ha sido recibida con cierto entusiasmo en las centrales, con las que tendrán que negociar la reforma de las pensiones.
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