El rebelde ejemplar por Valvanuz SÁNCHEZ DE AMORAGA

Aunque suene manido, el dicho de que «la belleza proviene del interior» es una realidad: lo fundamental es nuestra autopercepción. Por este motivo, las personas más seguras de sí mismas y las que más atractivas se sienten son las que se acercan a sus ideales de belleza y manifiestan sentimientos positivos sobre ellas mismas. Por eso, a pesar de que muchas personas consideran las canas un reflejo de vejez, el atractivo físico es un constructo social determinado culturalmente que varía según patrones de estética y tendencias de moda. Es tan subjetivo como cambiante. Así que no parece extraño que personalidades como Barack Obama, George Clooney o Meryl Streep sean consideradas personas de éxito, reconocidas por su desarrollo profesional y personal: muestran las consecuencias del paso del tiempo sin pudores y esto produce admiración en quienes los observan. Como ya he tratado en la colaboración en el libro de Cristina Tárrega «¡Una solución quiero!», lo fundamental es la congruencia de muestra imagen con nuestro autoconcepto.
Sentirse atractivo favorece el acceso a diversos escenarios sociales y a un mayor liderazgo, lo que se traduce en una profecía autocumplida porque, al considerarnos merecedores de algo, transmitimos esa creencia a los que nos rodean y esto provoca que se cumpla. Las estrategias de autopresentación influirán sobre los juicios de atractivo físico, seguridad y competencia para los desafíos de la vida. Existe una presión interna para alinear la autoimagen con las demandas de la sociedad y una presión externa donde el individuo ajusta su imagen hacia la percepción de los demás, de cómo desean ser percibidos.
En los últimos años el aspecto físico ha tomado un inmenso auge en las sociedades modernas, y se ha creado toda una subcultura basada en la búsqueda de la estética ideal. Vivimos en un mundo que glorifica la belleza, la juventud y la salud, por lo que es comprensible que aumente la preocupación por la apariencia física y a su vez, destaquen personajes que rechazan los cánones establecidos. Acaban convirtiéndose en un ejemplo para los demás y establecen ese toque de rebeldía como una nueva tendencia.

Valvanuz Sánchez de Amoraga
Psicóloga y experta en lenguaje no verbal.