Roma
El desafío de Berlusconi: «Seguiré adelante»
Silvio Berlusconi afirma «no estar preocupado» por su proceso por prostitución de menores y abuso de poder y garantiza que el Gobierno sigue adelante y terminará la legislatura
El día después de que una jueza de instrucción preliminar diera luz verde a su juicio por el «caso Ruby», que comenzará el próximo 6 de abril, el primer ministro por fin compareció ante los medios para dar un mensaje de tranquilidad y asegurar que sigue contando con el apoyo de su principal aliado, la Liga Norte, para continuar manejando las riendas del poder en Italia.
El partido de «Il Cavaliere», el Pueblo de la Libertad (PDL), podría darle a su líder una buena noticia en pocos días. No le alejaría del vía crucis judicial, pero le permitiría tomar un respiro en el Parlamento. En medio de la tormenta por el «caso Ruby», los dirigentes del PDL han apretado en la campaña de compra de diputados entre las filas de la oposición para conseguir apuntalar la mayoría del Gobierno en ambas Cámaras. El propio Berlusconi anunció que pronto habrá sorpresas: espera alcanzar los 325 diputados, lo que insuflaría al Ejecutivo una cierta tranquilidad.
El intento del mandatario por mirar hacia adelante y dar una imagen de absoluta normalidad (incluso habló ayer otra vez de sus habituales reformas) se ve beneficiado por los problemas que tiene su antiguo aliado Gianfranco Fini para mantener la unidad de su nuevo partido. Varios parlamentarios de la formación de Fini, Futuro y Libertad, pasarán pronto a las filas del PDL.
Estas deserciones no sólo aumentarán el margen de maniobra del Gobierno, también pueden cambiar la composición de la Comisión Bicameral, la cual rechazó hace pocas semanas el primer paso hacia el federalismo, la principal ambición política de la Liga Norte.
Este organismo es clave para sacar adelante el proyecto soñado por el partido liderado por Umberto Bossi de acabar con el centralismo y dar más poder a los ayuntamientos, provincias y regiones. Si los hombres de Berlusconi son capaces de terminar de seducir a los seguidores díscolos de Fini para que le abandonen y cambien el equilibrio de poderes de la Comisión Bicameral, Bossi no tendrá problemas para seguir mirando hacia otro lado mientras «Il Cavaliere» sigue bajando escalones en su descenso hacia el infierno judicial. Todo vale para lograr el federalismo.
El líder liguista ha decidido cerrar filas con Berlusconi en estos momentos e incluso le visitó en su palacio de Roma después de que se supiese el «sí» a su proceso de la jueza de instrucción preliminar. Bossi no condiciona la continuidad del Gobierno al escándalo judicial y sexual, para él éste sólo caerá «si pierde la mayoría» parlamentaria. Tampoco ha querido escuchar los cantos de sirena del líder del opositor Partido Democrático, Pier Luigi Bersani, quien le asegura que con el magnate de las comunicaciones no podrán sacar adelante el federalismo y no para de hacerle guiños para que abandone el Gobierno.
Peticiones de dimisión
Bersani, como el resto de dirigentes de la izquierda, ha pedido a Berlusconi que dimita. En su opinión, al negarse a abandonar el poder y afirmar que «no está preocupado» por lo que está ocurriendo, «Il Cavaliere» demuestra que es un «irresponsable».
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