Una reina «todoterreno»

A punto de cumplir 86 años, la reina Isabel II de Inglaterra, lejos de relajarse, sigue manteniéndose fiel a sus compromisos oficiales. Considerada como «la mejor joya» de la corona inglesa por «The Daily Telegraph», es «una gran observadora, buena consejera y precavida en asuntos económicos», según Andrew Marr, de la cadena BBC, que estrena un documental sobre la soberana con motivo de su Jubileo de Diamante. Pero si «detrás de todo gran hombre hay una gran mujer», y al revés, en este caso, el duque de Edimburgo, tras 64 años a su lado, es imprescindible para la reina Isabel. «No creo que pudiera cumplir con su deber sin él, especialmente a su edad», afirma Harry, palabras que recoge la revista británica «Radio Times».El hijo de Carlos de Inglaterra y la princesa Diana reconoce que «su abuela continúa haciendo cosas que, ahora, ya no debería». Harry profesa una profunda admiración por su abuela porque «mantiene la sonrisa incluso cuando debe acudir a localidades a las que preferiría no ir», asegura. Estas declaraciones sorprenden por lo recelosa que es la reina de su intimidad; de hecho, el príncipe Guillermo afirma que tanto él como la duquesa de Cambridge siguen el ejemplo de Isabel II para mantener una vida pública como la suya. «Creo que no le importa ser una celebridad, y lo que realmente le interesa es poder tener privacidad en general». Y añade: «Es muy importante ser capaz de reflexionar sobre uno mismo y seguir adelante».En el documental no faltan los elogios de altos mandatarios, como el actual primer ministro, David Cameron, quien explica que durante las reuniones semanales que mantienen le hace preguntas brillantes: «Está bien informada y te hace pensar sobre las cosas que estás haciendo», revela. La agenda de la monarca no se detiene, durante los próximos once meses recorrerá junto a su marido toda Inglaterra para celebrar el Jubileo de Diamantes, que comienza el 6 de febrero, día en que se cumplen 60 años de su llegada al trono.

Un pez vagando río abajoEl duque de Edimburgo, a sus 90 años, es clave en la vida de la reina de Inglaterra. «Aunque parezca que está a lo suyo, vagando como un pez río abajo, lo cierto es que siempre está ahí», afirma Harry. Todo un guiño a su abuelo, que las pasadas Navidades tuvo que ser operado por un bloqueo en una arteria. En la línea de la reina, ni su delicado estado de salud le aleja de los compromisos oficiales. Así, recientemente asistió a una cena en Cambridge en honor del centenario de la expedición de Robert Scott a la Antártida.