Conciertos

Cantando seguros

La Razón
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¿Qué tienen los seguros para que la gente se ponga a cantar tan contenta y feliz cuando los contrata? Cuando tantas compañías distintas hacen campañas similares debe ser porque funcionan, pero no deja de sorprenderme. Desde las zarzuelas cañí de Línea Directa a los musicales de Mapfre, pasando por Iker Casillas desafinando mientras se siente seguro con Groupama, o los resucitados que despiertan de nuevo a la vida tras contratar su póliza con Verti. Poca gente conozco tan contenta, feliz y cantarina como las multitudes que salen por la tele celebrando que han contratado un seguro.

Los más convencidos parecen ser los de la Mutua, que después de sus campañas de autoafirmación reivindicando a pleno pulmón que son esa compañía con la melodía destrozada de «Eye of the Tiger», ahora machacan el «Rehab» de Amy Winehouse para asegurar que «No, no, no» piensan cambiar de seguro les ofrezcan lo que les ofrezcan.

Antes de aprender a cantar, la Mutua estuvo cuatro años patrocinando a Fernando Alonso, que no debía de ser muy convincente a la hora de vender seguros, quizá porque cualquiera sabe que la póliza de su Fórmula 1 tendría una cobertura más alta que la de los demás coches. El cambio fue radical, y del piloto se pasó a los coros y danzas anónimos, bien haciéndose pasar por clientes o con empleados de verdad.

Los recursos musicales son tan clásicos como la propia publicidad, y al emplear estribillos pegadizos y famosos los anuncios «suenan» desde el primer momento, y nunca mejor dicho. Posiblemente, con esas melodías la Mutua ha ido creando una imagen más cercana y popular. Y como sucede a veces en publicidad, el que musical y creativamente guste más o menos no tiene que ser indicativo de que una campaña no funcione. Según la propia Mutua, desde que se pusieron a cantar por la tele (en 2009) han crecido espectacularmente en número de pólizas, y han pasado a ser la tercera compañía más notoria de su sector, cuando en 2008 eran la undécima.

Como suele ocurrir también en el sector publicitario, pese al éxito comercial, la Mutua cambió el año pasado de agencia y dejó de trabajar con Tapsa para confiar toda su publicidad a Comunica+A. Claro que en la nueva campaña parece que el mayor cambio es el disco: del «soy, soy, soy» han pasado al «No, no, no». Y por este camino, seguro que quedan todavía muchos estribillos por cantar.