Alianza con portugueses y gallegos al servicio de los castellanos y leoneses

La primera macrorregión ibérica, integrada por Castilla y León, Galicia y la Región Norte de Portugal, se constituirá en la primera quincena de septiembre en nuestra Comunidad. De modo que, el nuevo espacio de cooperación, que se denominará Regiones del Sudoeste Europeo (Resoe), echará a andar en apenas dos meses tras cerca de un año de arduo trabajo.Así lo acordaron el consejero de la Presidencia y portavoz de Castilla y León, José Antonio de Santiago-Juárez; el responsable de Administraciones Públicas de Justicia en Galicia, Alfonso Rueda, y el presidente de la Comisión de Coordinación y Desarrollo Regional de la Región Norte de Portugal, Carlos Lage, en un encuentro que mantuvieron en Oporto.La presidencia de la macrorregión, que será compartida, tendrá un objetivo inicial clave: «anticiparse al nuevo escenario de financiación europea y definir a las autoridades comunitarias en qué espacios de colaboración pueden trabajar los territorios» que forman parte de este ente, según explicó De Santiago-Juárez.Estructura definidaDe hecho, los cinco ámbitos de cooperación, en los que se llevan trabajando varios meses, están bien definidos: economía e industria; universidades e investigación; empleo; medio ambiente, así como la cultura y el turismo.El reto de esta macrorregión, figura «relativamente nueva» en el conjunto de la UE, según añadió De Santiago-Juárez, pasa por la «realización de proyectos conjuntos, el impulso y la coordinación» de esas áreas de colaboración.Para ello se creará un comité de seguimiento, con integrantes de la sociedad civil, como organizaciones empresariales y sindicales, universidades y asociaciones y colectivos. Con ello, se pretende impulsar el «papel activo» de la sociedad civil, «fundamental» ya que la cooperación entre territorios debe contar con la «complicidad de los ciudadanos».En concreto, en lo referente a la automoción, la existencia tanto de fabricantes como de industria de componentes y servicios permite idear alianzas estratégicas para lanzar «clusters» empresariales en sectores comunes para vincularlos a centros tecnológicos y universidades. Precisamente las instituciones académicas -una veintena entre los tres territorios- perseguirán crean un espacio de excelencia dentro del Espacio Europeo de Enseñanza Superior, de cara a ofertar dobles titulaciones, que fomenten intercambios y estimulen la docencia y la investigación.En el ámbito laboral, se impulsarán políticas para aprovechar experiencias positivas y proyectos innovadores que puedan dinamizar la creación de trabajo y la formación de empleados.Con respecto al rico patrimonio natural, se avanzará en la gestión coordinada de espacios que comparten Castilla y León, Galicia y la Región Norte, para conseguir una repercusión favorable en la difusión y conservación. El «Románico Atlántico» supondrá otra base de promoción, dado que junto al Camino francés que atraviesa la franja norte de la Comunidad y culmina en Galicia, existen otros «Caminos de Santiago».Las previsiones de la macrorregión, que integra a nueve millones de habitantes, en 145.000 kilómetros cuadrados, es que además de estas áreas de trabajo se puedan añadir otras más con la premisa de mejorar la calidad de vida de la población. Asimismo, está abierta la posibilidad de que otros territorios europeos se sumen a la iniciativa, siempre que compartan los mismos intereses.Descentralización cohesionadaPor otra parte, De Santiago-Juárez intervino junto a su homólogo gallego, Alfonso Rueda, y otros representantes lusos y franceses en el seminario internacional «Promover la cohesión, descentralizar el Estado y desarrollar las regiones». Allí defendió la necesidad de «intensificar la cooperación horizontal, de manera especial con los territorios limítrofes y siempre desde una visión de servicio a los ciudadanos».Y es que, a juicio del consejero castellano y leonés, la «auténtica cohesión y vertebración del territorio en los modelos de Estado descentralizado», parte de la colaboración entre ciudadanos para agilizar la prestación de servicios esenciales, es decir, «los que de verdad determinan el día a día».