Hollywood

Coppola personal e intransferible

«Somewhere» le ha dado varios galardones importantes y la posibilidad de tener como protagonista a su buen amigo Stephen Dorff. En ella narra cómo es el lado más amargo de la fama. Y dice que es autobiográfica

La directora, durante el rodaje, ha pasado parte de su vida en esta ciudad
La directora, durante el rodaje, ha pasado parte de su vida en esta ciudadlarazon

Habla despacio y es discreta, tremendamente discreta. No rehúye ninguna cuestión y sonríe lo justo. La cuarta película de Sofía Coppola como directora marca un nuevo rumbo en su carrera. «Somewhere», premiada en el Festival de Venecia con el León de Oro y galardonada también en el de San Sebastián, está dedicada por entero a los hombres. La misma realizadora escribió el guión inspirándose en la relación con su padre, Francis Coppola. Protagonizada por Stephen Dorff y Ella Fanning, (hermana menor de Dakota), la cinta se desarrolla en Los Ángeles, en el emblemático Chateau Marmont. Con su filmografía ha creado un estilo propio que se aleja de los parámetros comerciales de Hollywood.

-Parece que ahora que reside en París echa de menos el bullicio de Los Ángeles. ¿Definiría «Somewhere» como un poema nostálgico de la ciudad donde creció?
-Desde hace bastante tiempo he querido escribir sobre esta ciudad, pero ahora que vivo en Francia se han agudizado mis deseos de contar historias de. allí. Cuando dibujé al personaje principal, lo primero que pensé es en cómo retratarlo, cómo iba a ser, y a partir de ese punto le di forma. Después pensé en que ese hombre tuviera una hija, y fue ahí donde empecé a evolucionar a través de mi propia experiencia y de la relación que mantengo con mi padre.

-¿Estamos hablando, entonces, de una película autobiográfica?
-Mi intención era rodar una cinta donde tuviera cabida la relación con mi padre. En el pasado, las historias que conté tuvieron como protagonistas a mujeres y al enfrentarme a «Somewhere» sabía que había llegado el momento de dar un giro y vaciar esa parte de mí que antes había querido mostrar en alguna escena.

-Volvamos a Los Ángeles, ¿por qué le inspira esta metrópoli?
-Aunque nací en Nueva York, he pasado muchas temporadas de mi infanciay adolescencia en esa ciudad. Posee algo que la hace ser única. Además, tengo muchos y buenos amigos. No se ha hecho ningún retrato moderno de Los Ángeles desde películas como «Shampoo» y «American Gigolo», que son dos filmes que representan sin duda su idiosincrasia, pero que pertenecen al siglo XX.

-Acaba de cumplir 40 años y ha crecido dentro de una familia dedicada al cine que ha recorrido hoteles de medio mundo. ¿Qué le dijo su padre cuando vio en la pantalla el Marmont, que él ha frecuentado?
-Le encantó, y la verdad es que le estoy muy agradecida porque fue él quien me enseño a ser directora. A Coppola se lo debo todo.

-Una parte de la crítica ha comparado «Somewhere» con «Lost in Translation», por la que ganó un Oscar al mejor guión. En ambos filmes se aprecia su mirada sobre la fama y la soledad que provoca.
-La mayoría de mis personajes atraviesan por un periodo de transición en sus vidas, es un tema que me interesa bastante. El personaje de Elle resulta más real en un mundo que no está basado en cosas reales. Quería escribir una historia desde el punto de vista de un hombre y cuando me enfrenté al guión me vino a la mente Stephen (Dorff).

-Son amigos desde hace bastante años, ¿verdad?
-Así es, pero no le elegí por nuestra amistad, sino porque era, sin ninguna duda, el mejor intérprete para representar al personaje. Ha hecho un trabajo sublime.

-Antes hablábamos de la presencia de los hoteles en su vida y la de su familia. ¿Por qué le gusta centrar algunas de sus historias en ellos?
-He frecuentado montones desde que era niña mientras mi padre rodaba por todo el planeta. Viví en sus habitaciones y para mí representan lugares llenos de seres en tránsito, siempre con una maleta en la mano. Unos llegan y otros se marchan, como me sucedía a mí.

-¿Se ha acostumbrado a la vida de París o le ha costado?
-Tengo mi apartamento en Nueva York, me encanta trabajar, cambiar de lugar y sentirme en casa allá donde esté. Hasta hace un par de años era fácil para mí viajar; sin embargo, con la llegada de mis hijos mi vida se ha complicado una barbaridad, porque ya no tengo la misma disponibilidad que años atrás.

-¿Qué le gusta hacer cuando no está trabajando?
-Absolutamente nada, aunque le parezca extraño. Rodar exige mucho tiempo y un derroche de energía que es impresionante, así que cuando tengo un poco de tiempo libre lo dedico a mi familia, me embarco en pequeños proyectos, ruedo vídeos, sobre todo, entre película y película, y disfruto de la compañía de la gente que me quiere. Co todo ellos lleno el tiempo que me queda.

-¿Siempre pensó en dirigir?
-Desde pequeña me llamaba la atención, aunque, si te digo la verdad, lo que tenía en mi cabeza era ser artista. Por eso empecé un poco dando palos de ciego, con los estudios de pintura, después me dediqué a a la fotografía hasta que tuve la oportunidad de rodar un corto. Descubrí, entonces, que lo que realmente me apasionaba era el cine.

-La pregunta es obligada: ¿Se trata de una cuestión de genética?
-Tal vez lo sea, porque gran parte de mi familia ha sucumbido a este negocio. Lo que sí sé es que no es nada sencillo, y que la primera vez que me enfrenté a un guión me asusté bastante: me daba miedo escribir algo personal y mostrárselo a los demás, era como desnudarme delante del público, aunque acabé por hacerlo. Hay quienes piensan que mi apellido me ha facilitado las cosas en la industria, que me ha abierto puertas... Sí que me ha facilitado el acceso, pero el nivel de exigencia ha sido enorme. Los problemas con los que me he topado para conseguir financiación son los mismos a los que se enfrenta cualquier director de cuarenta años que tenga un mínimo de creatividad y que desee hacer un producto diferente. Yo he seguido mi propio camino.


La mujer más secreta
- ¿Actriz frustrada?

Intervino en las tres cintas de «El padrino» (1972). En la primera, apenas era un bebé (nacidó en Nueva York en 1971). En la segunda parte, con tres años, aparecía en un barco de vapor, y en la tercera, de 1990, interpretaba a Mary Corleone.
- Nominada por sorpresa
A los 32 años se convirtió en la directora más joven candidata a un Oscar por la emotiva «Lost in Traslation» (2003), que obtuvo la estatuilla al mejor guión.
-El clan Coppola
La familia lleva los genes cinematográficos en la sangre. Sofia Coppola es nieta de Carmine e hija de Francis F. Coppola, su hermano mayor, Gian Carlo, falleció a los 22 años en un accidente de barco. Es prima de Nicolas Cage y sobrina de Talhia Shire.
-Un ex marido y dos hijos
Poco se sabe de su vida privada: estuvo casada cinco años con Spike Jonze y tras su separación mantuvo una relación estable con el director Quentin Tarantino. Su actual esposo es Thomas Mars, músico de Phoenix, con quien ha colaborado en la banda de algunas de sus películas. Contrajeron matrimonio es un palacio en la ciudad italiana de Bernalda. ¿Su grupo favorito? Chemical Brothers.
-Cinefila
Conocida entre sus íntimos como «Dominó», entre sus cintas preferidas figuran «La ley de la calle» (1983), «La última película» (1971), «Al final de la escapada» (1960) y «Lolita» (1962).


Su otra pasión
La música

El grupo Air ha protagonizado dos de los filmes de la directora –«Las vírgenes suicidas» (1999) y «Lost in Traslation» (2003)–, apasionada confesa de la música. En «Somewhere» suenan The Strokes (protagonizan su momento musical preferido con el tema «I'll Try Anything Once»), The Police y Foo Fighters, además de Phoenix (la banda de su marido).


El detalle
SATURACIÓN

San Sebastián, 2010. Septiembre. El jurado del Festival de Cine, presidido por Quentin Tarantino, anunciaba la Concha de Oro a la mejor película para «Somewhere». Una contenta, aunque contenida, SofIa Coppola recogía el galardón. Cuesta creer que la laureada cinta (que ha recaudado ya más de 8 millones de dólares en todo el mundo) aterrice en las salas españolas justo un año después de recibir el premio y el beneplácito de la crítica, y siendo su realizadora tan seguida en nuestro país. Quizá no nos extrañe tanto el hecho si tenemos en cuenta que el mercado de estrenos en España está semanalmente saturado, con una decena de filmes de media (hoy son 11 las películas que llegan a las salas) que intentan hacerse un hueco en la taquilla, aunque la mayoría no sobreviva apenas unos días.