Michael Jackson el cocinillas

La presentadora, que fue recibida y acompañada en todo momento por Katherine y Joe Jackson, padres de Michael, hizo la entrevista al aire libre en la casa que la familia tiene en Los Ángeles. Además, estaban presentes los tres hijos del artista: Prince, el mayor, que tiene 13 años; Paris, de 12, y Prince Michael II, de 8 años. En una conversación amena e informal la familia Jackson habló de la figura paterna que representaba, y aseguraron que era un poco «estricto», pero de vez en cuando les permitía algunos caprichos, como barritas de chocolate o refrescos de cola.

Buen padre y buen hijo
Paris explicó ante la periodista que su padre siempre «intentó criarnos sin que supiéramos quién era, pero eso funcionó muy bien». La niña fue la más habladora durante el programa y definió a su padre con un talento desconocido, ya que, según ella, «era el mejor cocinero y hacía las mejores tostadas del mundo». Paris cree que «fue simplemente un padre normal», aunque está segura de que nadie «entendió lo buen padre que era». «Algunas veces me llevaba a un museo, porque los dos amábamos el arte», enfatizó la pequeña. Por su parte Prince recuerda con cariño que «cuando estábamos en Bahrein solíamos levantarnos temprano y caminar por la playa».

El menor de los tres hermanos Jackson, Prince Michael II, apodado «Blanket», estuvo prácticamente callado durante la entrevista y sólo habló para confirmar que seguía estudiando en casa y para hablar de la relación que mantenía su padre con su hermano mayor. Todos estuvieron de acuerdo en que cuando aparecieron en las fotos con un velo tapándoles la cara era por su propia seguridad.

Por otra parte los padres de Michael Jackson, Katherine y Joe afirmaron que sus nietos se han adaptado «muy bien» a la vida sin Michael, pero que aun así se acuerdan mucho de Jacko. «Paris es muy sensible. Habla todo el rato de él» y desvela que «todas las fotos de su habitación son de Michael», explica la abuela. Katherine reconoció que su hijo era adicto a la cirugía estética y que una vez le preguntó si también lo era a las drogas. «Él lo negó. Le dije que no quería escuchar un día que había tenido una sobredosis porque me rompería el corazón». También el padre ratificó que azotó a sus hijos con una correa cuando eran pequeños como parte de su educación. «No me arrepiento de eso, ninguno de ellos ha ido a la cárcel», se justificó.