Copa Confederaciones
David Villa y olé
Es el desatascador de España, suma cuatro goles n Del Bosque le califica: «Sobresaliente»
Cuando por la megafonía de los estadios surafricanos anuncian los nombres de los futbolistas españoles, se disparan los decibelios al pronunciar el de Fernando Torres. Es el jugador de la selección más re- conocido por estos pagos. No le recibe el graderío como a Jacobus François Pienaar, el héroe del Mundial de rugby de 1995 que llevó a la cima a los Springboks, entre otras cosas porque es un símbolo surafricano, pero le ovacionan como si se tratara de uno de los suyos; aunque sea de los nuestros. Sin embargo, hay otro que está abriendo brecha entre la afición, que celebra sus goles como si los marcaran los «Bafana Bafana». Su nombre, David Villa, y olé, máximo goleador del Mundial, junto a Higuaín.En cuatro encuentros ha hecho otras tantas dianas. No marcó a los suizos, ni él ni nadie, pero hizo un doblete a los hondureños, otro gol a Chile y el de la victoria a los portugueses. Villa es gloria bendita para la selección, y el futbolista español que más tantos ha marcado en un Mundial. Cuando el partido adormece en punto muerto, él lo despierta. Espabila a los suyos y fulmina con puntería letal a los contrarios. Eduardo, el magnífico cancerbero portugués, llegó invicto a octavos y frente a España lo paró todo, menos el doble remate de Villa, y olé.La insistencia en el término tau- rino obedece a la celebración de cada uno de sus goles. En un momento en que la tauromaquia ha sido cuestionada y empujada contra las tablas en Cataluña, Villa se ayuda del capote par señalar que ha goleado. Y lo hace vestido con los colores de «La Roja», pero ya como integrante de la plantilla del Barcelona. ¡Toma ya!Que David vaya a jugar las pró- ximas temporadas en el Barça y no en el Madrid mortifica a Ussía. Alfonso lleva tres años pugnando desde las páginas de LA RAZÓN para que el asturiano fuera a parar al Santiago Bernabéu. Recuerda que ni Ramón Calderón ni Florentino Pérez lograron el fichaje; le duele que Joan Laporta, al cabo de su mandato, se lo haya «levantado». Mientras tanto, que lo disfrute con la selección, como lo hacen españoles, surafricanos y todos aquellos amantes del fútbol que, naturalmente, no tienen al «Guaje» frente a su equipo. El primer gol que marcó Villa con España data del 16 de noviembre de 2005. Lo recibió Eslovaquia en su casa. Fue el principio de todo. De tres en tres se los hizo a Azerbaiyán, en un amistoso, y antes a Rusia, en la Eurocopa de 2008, la que ganó España y en cuya final no participó por una lesión. Cerró su actuación con cuatro dianas, las que ahora suma a falta, en principio, de los cuartos de final contra Paraguay.Su gesto taurino, después de marcar, tiene origen publicitario; los celebra así desde que rodó un anuncio para una marca de hamburguesas. Pero la misión de Villa no termina con el gol. En cada partido se vacía; no le importa jugar en ocasiones demasiado ceñido a la banda, lo asume, «quiero jugar»; y su entrega la destaca Del Bosque: «Además de meter goles, trabaja. Villa está acostumbrado a trabajar solo en ataque; en la selección hace una doble labor porque ayuda al equipo también en defensa y en la línea de creación. Sobresaliente».Desde aquel gol en Eslovaquia ya ha conseguido 42. Tiene a Raúl a tiro de dos, y lleva el «7» a la espalda. Lo heredó del madridista y se lo puso cuando nadie se atrevía a vestirlo. Villa es valiente dentro y fuera del área. Y tiene hambre de gol, aunque matiza: «Ser el máximo goleador del Mundial sería bonito, pero secundario si el equipo no consigue el objetivo».
✕
Accede a tu cuenta para comentar