Valencia

«Aunque tenga mayoría sumaré a todos a la recuperación nacional»

 «Con ETA hay que seguir cumpliendo la Ley y todas las sentencias judiciales» / «Estoy dispuesto a sentarme a hablar con CiU, pero hoy el pacto fiscal no es viable»

TOLERANCIA.«Hace falta más tolerancia, más respeto y más convicciones democráticas»
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- Con estas encuestas, ¿se les puede todavía escapar la mayoría absoluta?
–Nuestros datos son también buenos, pero las elecciones no están ganadas y hay que seguir trabajando hasta el último día.

–¿Qué relación espera tener con los nacionalistas si gobierna? ¿Es realista la posibilidad de que entren en su Gobierno?
–Creo, con absoluta franqueza, que sería bueno para España que el PP tuviera un apoyo mayoritario el domingo que viene porque daría confianza dentro y fuera de España. Y dicho esto, también creo que sería un error descomunal que el Gobierno, aunque tuviera mayoría absoluta, pensara que puede arreglar esto él solo. Para salir adelante hará falta mucho diálogo, mucha cooperación y hay que intentar que todos se sumen a un proyecto de recuperación nacional. Y esto no es incompatible con ser valiente y firme en la toma de decisiones, porque lo que no se puede hacer en los próximos meses es no hacer nada.

–Usted ha dicho que se sentaría con CiU para que le hablasen de su pacto fiscal.
–Sí, para enterarme de lo que quieren.

–¿Y qué les diría? ¿Lo ve viable?
–No, hoy no. Las comunidades gestionan el 50 por ciento del IVA, el 50 por ciento del IRPF y el 58 por ciento de los impuestos especiales. La prioridad es que aumente la recaudación por IVA y por impuestos especiales como consecuencia de la reactivación de la actividad económica. De esa actividad económica y del empleo cuelga todo lo demás, la Educación, la Sanidad..., la garantía de los servicios públicos en general. Y todo lo demás es ruido.

–¿Qué piensa de los recortes que ha aprobado la Generalitat catalana?
–La Generalitat está tomando decisiones duras y difíciles y puede acertar o equivocarse. Les hemos apoyado en los Presupuestos y nos gustaría que los recortes no afectasen tanto a la Sanidad, pero supongo que tendrán sus dificultades.

–Insistiendo en el tema nacionalista, tal y como avanzan las cosas en el País Vasco, sobre todo, y también en Cataluña, ¿teme que su Gobierno, si gana, pueda tener que enfrentarse a algo parecido a una declaración de independencia?

–Ese avance del independentismo habrá que verlo. Vamos a ver cuáles son los resultados en estas elecciones en el País Vasco y en Cataluña y entonces ya veremos si hace falta contestar a esa pregunta. Yo no creo que vaya a producirse ningún avance del independentismo en estas elecciones, y si no al tiempo. Hay gente que hace mucho ruido y a la que se le da más importancia de la que tiene, que copa portadas, pero luego son los que son. Probablemente eso ocurre porque llaman más la atención por ser algo distinto, y lo que es normal y mayoritario tiene menos interés.

–¿No cree que Amaiur vaya a obtener un muy buen resultado electoral?
–No creo que mejoren los resultados de Herri Batasuna, por tanto, son los mismos de siempre.

–¿Qué opinión le merece que ETA mantenga también sus condiciones de siempre en paralelo al anuncio de que en su agenda entra el «desarme»?
–Están haciendo campaña electoral y comprenderán que no me voy a prestar a ser su cómplice. A mí sólo me interesa el anuncio de su disolución irreversible y, entretanto, los demócratas debemos hacer un esfuerzo para mantenernos unidos, dentro del respeto a la ley y al Estado de Derecho.

–¿Hay margen para hacer ya movimientos en política penitenciaria? ¿Sería conveniente incluso hacerlos, como piensan algunos, aunque ETA no haya entregado las armas?
–El único margen que hay es cumplir la Ley.

–Ya, pero, por ejemplo, ¿usted cree que ha llegado el momento de empezar a acercar presos de ETA a cárceles del País Vasco, como primer paso? Es una potestad del Gobierno que recoge la Ley Penitenciaria.
–Hay que cumplir la Ley. No se puede hacer nada que contravenga la Ley.

–¿Y el nuevo escenario debe afectar a la situación en la que se encuentra Otegi? En una entrevista televisiva el señor Rubalcaba no cerró esa puerta y dijo que los dos principales partidos deberían hablar después del 20-N.

–¿Entonces Rubalcaba no quiere que se cumplan las sentencias que dictan los tribunales? Yo sí. Y si Rubalcaba cree que no, que se lo explique con claridad a los ciudadanos. Si los que aspiramos a gobernar lanzamos el mensaje de que no hay que cumplir las sentencias de los tribunales, estamos liquidando las normas básicas de la convivencia.

–Desde el PSOE también airean que han pactado con usted la hoja de ruta de este final de ETA y que por eso renunciaron a pedir la impugnación de las listas de Amaiur.
–Jamás había oído semejante cosa y siempre hemos animado al Gobierno, las Fuerzas de Seguridad, la Fiscalía y la Abogacía del Estado a buscar las pruebas necesarias para evitar que los amigos o cómplices de ETA estén en las instituciones.

–¿La democracia todavía tiene alguna cuenta pendiente con las víctimas del terrorismo?
–Hay que seguir estando a su lado y tomar nota de sus inquietudes.

–Usted ha señalado la Educación como un área prioritaria para el empleo y la competitividad. ¿Cuáles serían las primeras medidas de su Gobierno?

–El PSOE llegó a aprobar un Real Decreto en el que se permitía que los alumnos pudieran pasar de curso en Bachillerato con cuatro suspensos. Eso no tiene ningún sentido y no es ni de derechas ni de izquierdas. Mi prioridad será reforzar la autoridad del profesor, que tiene que ser alguien respetado y no un alumno más. Hay que trabajar para que el mérito y el esfuerzo vuelvan a ser valores en alza en el sistema escolar. Otra de las prioridades será reforzar la enseñanza en inglés para que comience a estudiarse a partir de los tres años. Y también me parece muy importante impulsar cuanto antes la reforma del Bachillerato, siguiendo el modelo alemán. Ya se están haciendo experiencias piloto en la Universidad de Madrid. El objetivo es que a los quince años los alumnos de Formación Profesional puedan estudiar y trabajar con una beca salario que les sirva a efectos de evaluación. Así, durante tres años estarían estudiando una parte en el colegio y otra en la empresa, y se les daría un título por parte del colegio y otro por la empresa. Al final de esos tres años esos chavales se encontrarían con su vida enfocada hacia una profesión. En resumen, hay dos urgencias: que la Educación proporcione valores, independencia y libertad; y que se pegue a las necesidades de la empresa.

–¿La reforma universitaria llegaría en una segunda fase?

–La reforma universitaria también será muy importante para garantizar el futuro de nuestros jóvenes y para mejorar nuestra competitividad. Los proyectos de investigación, por ejemplo, deben tener como primer objetivo innovar. España no va a competir con materias primas que no tiene, sino con personas con talento, que innoven y que con su trabajo ayuden a generar bienestar y riqueza. La Universidad tiene que estar cada vez más en la empresa y abandonar tentaciones endogámicas que no conducen a nada.

–Uno de los argumentos del PSOE en esta campaña ha sido el de que los ricos van a colegios privados y los pobres a colegios públicos, a los que el PP, dicen, asfixia económicamente.
–Pues Rubalcaba estudió en el mismo colegio que Aznar. Y Zapatero, en el mismo que yo. Y podría darles muchos más nombres de dirigentes socialistas que mandan a sus hijos a los mismos colegios que dirigentes de mi partido. Yo estudié en un colegio y en un instituto público y soy del PP. Estaremos de acuerdo en que lo importante es que la educación sea de calidad y no está escrito en ningún sitio que la privada sea mejor que la pública. La obligación de los gobernantes es asegurar que la educación pública sea de la mejor calidad posible, porque de la privada ya se encargarán los dueños o directores de los colegios. Por cierto, me sorprende que se presenten como paladines y defensores de la educación pública los que han hecho leyes que han servido para que haya casi un 40 por ciento de abandono escolar y más de un 30 por ciento de fracaso escolar. Las calificaciones del informe Pisa no son como para que algunos saquen pecho de su gestión. Hay gente que habla mucho, pero que cuando llega la hora de dar trigo no dejan de equivocarse.

–¿Y qué hará el PP para que cambien esas cifras?

–Como les he dicho, la clave está en mejorar la calidad y la exigencia por parte de todos: alumnos profesores y gestores.

–¿Usted cree que hoy en día en los colegios públicos, en líneas generales, se da una educación de calidad? Porque algo pasará para que los padres, siempre que puedan, prefieran que sus hijos vayan a colegios concertados o privados.
–Yo estudié en el Instituto Sánchez Cantón de Pontevedra y era magnífico, con unos profesores estupendos. A mi juicio, el sistema ideal es aquel en el que los padres tienen una capacidad de elección total. El sentido común dice que lo normal es que los padres sean los que están más preocupados por la educación de sus hijos y además tienen muy claro qué es lo que quieren para ellos. Hay que cambiar, por ejemplo, un sistema en el que es un funcionario el que establece que los niños que viven en esta calle van a este colegio y los de ésta, al otro. Por supuesto que no tiene por qué ser así y nosotros trabajaremos para aumentar la libertad y para que los colegios públicos sean mejores. Para esto último implantaremos un sistema de evaluación porque hay colegios públicos que funcionan mejor que otros y en los que los alumnos obtienen mejores conocimientos. Es bueno que esa información sea conocida: es bueno para la Administración, para los profesores y para los alumnos.

–La herencia socialista incluye un Tribunal Constitucional que sale «quemado» de esta Legislatura, pendiente de renovación...
¿Retomará la negociación con los socialistas de inmediato para hacer efectiva esa renovación? ¿Es posible devolverle la credibilidad?
–Habrá que continuar con la renovación pendiente. En cuanto al funcionamiento del Constitucional, el problema no es tanto de leyes, decretos o reglamentos nuevos, algo a lo que somos muy dados en España, sino de actitudes. Por ejemplo, en esta Legislatura el Consejo General del Poder Judicial funcionó razonablemente, y es que las instituciones son personas, y de sus actitudes y de su forma de comportarse depende mucho su funcionamiento. España necesita el cambio de algunas leyes, pero también necesita un cambio en las actitudes. Que haya más tolerancia, más respeto y más convicciones democráticas.

–¿Está de acuerdo con Rubalcaba en que deben hacerse importantes recortes en Defensa?
–El discurso del PSOE es tan cambiante que hoy puede decir eso y mañana lo contrario. Además, como sabe que no va a tener que cumplirlo, va diciendo aquello que ese día cree que le puede dar votos. El Gobierno del PSOE es el que ha tenido un mayor número de soldados españoles en operaciones fuera de España, y éste es sólo un ejemplo de la contradicción entre el discurso y la práctica. También les digo que en todas esas operaciones ha contado con el apoyo de mi partido. Las Fuerzas Armadas son algo muy serio y no se deben utilizar partidistamente ni electoralmente. Con mi Gobierno, España tendrá las Fuerzas Armadas que se corresponden con nuestro peso en el ámbito internacional. Estar con los aliados es tu obligación y además te da influencia en el mundo. Y una de nuestras tareas pendientes es recuperar prestigio y el valor de la marca España.

–Para reforzar esa marca España, ¿las embajadas tienen que ser más comerciales? ¿Qué hay que cambiar en política exterior?

–Yo creo en los altos cuerpos de la Administración Pública. Otros, no. Si la Administración del Estado es fuerte es porque tiene cuerpos de gente muy preparada, que se ha examinado y que sabe de qué habla. Creo en los diplomáticos, en los técnicos comerciales del Estado y en los inspectores de Hacienda. La política exterior, por supuesto, tiene también que servir para defender mejor los intereses comerciales y económicos de los españoles porque eso afecta a la economía y al empleo. Y en esa dirección vamos a trabajar, mirando a Europa y mirando a Latinoamérica.

–Ha dicho en muchas ocasiones que será un presidente del Gobierno sin hipotecas, presume de esa condición... ¿De verdad cree que no le debe nada a nadie? ¿Se acuerda aún de quienes en 2008 intentaron que usted no siguiese como presidente del PP?

–Después de las últimas elecciones generales me presenté al congreso de mi partido porque quise, y porque así me lo habían pedido en mi partido. Me he esforzado y he trabajado mucho, todo el partido lo ha hecho, y ahora estoy muy contento del resultado. Sinceramente me siento preparado para dirigir a mi país en una situación tan difícil como ésta. Creo que puedo hacer las cosas mejor de lo que se han hecho en estos años; diré la verdad a los españoles y seré valiente, intentado siempre sumar. España necesita un Gobierno competente que no se deje llevar por obsesiones ideológicas. Y yo estoy preparado para hacerlo y tengo el equipo para hacerlo.