Ibiza
Un Duque de Alba para octubre
Se reencontraron a la salida de un cine, después de 30 años. Y sin que la razón acobardase los impulsos del corazón, se fundieron en un abrazo. Quizá este tipo de gestos espontáneos no estaban bien vistos en una mujer de su alcurnia, pero era precisamente aquella frescura la esencia de su genuino carácter, ése que tan hondo había calado en el corazón de su enamorado. La escena podría parecer el arranque de una novela de Danielle Steel, pero sus protagonistas son de carne y hueso. ¿Que quiénes son? Ni más ni menos que la Duquesa de Alba y su futuro esposo, Alfonso Díez.
Es ese arrebato, sencillo, natural, el que Cayetana elige para hablar sobre el inicio de su relación con el funcionario. Una historia de amor que se confirmó en 2008 y que, desde sus primeros pasos, ha vivido asediada por los rumores. Lo tenían todo en contra y las diferencias han sido el leitmotiv de su romance: ella, de 85 años, él, de 60; ella, la Duquesa mayúscula, él, un funcionario de la Seguridad Social; ella, Fitz-James Stuart; él, comparte su apellido, Díez, con casi 13.000 españoles.
Sin embargo, ayer, la Duquesa quiso poner fin a las especulaciones mediante un comunicado en el que aclaró, sin dar una fecha concreta, que su esperada boda con Alfonso se celebrará a principios de octubre. Tal y como adelantó LA RAZÓN el pasado domingo, la ceremonia se celebrará en la «más estricta intimidad» y contará con la asistencia de sus seis hijos. Como padrinos del enlace, y «por expreso deseo de D. Alfonso Díez», tal y como reza la nota, los acompañantes de los novios hasta el altar serán el primogénito de la familia, Carlos Martínez de Irujo, duque de Huéscar, y la amiga íntima de Cayetana, Carmen Tello. Según declaraciones de la propia Duquesa al periodista Jesús Mariñas, el hecho de que el heredero del ducado de Alba accediese a apadrinar la ceremonia –siendo uno de sus principales detractores en los albores de la relación–la colmaron «de alegría» al «ver que está encantadísimo de compartir con nosotros la ceremonia».
Entre los invitados al enlace también figuran las actuales esposas de sus hijos así como «anteriores nueras» y el torero Francisco Rivera Ordóñez, ex marido de Eugenia Martínez de Irujo, al que Cayetana nombra como «mi yerno» en el comunicado. La Duquesa mantiene muy buena relación con ellos, de hecho, María Eugenia Fernández de Castro, ex condesa de Siruela, comparte con ella una gran complicidad. Asimismo, con otras ex nueras, como Genoveva Casanova, guarda un estrecho vínculo por ser la madre de sus nietos, los más pequeños de la estirpe, que han compartido con su abuela unos días de sus vacaciones en Ibiza. Las grandes ausencias se contarán en el círculo de amigas de la Duquesa, que no acudirán «por falta de espacio y para que no se puedan sentir ofendidas». Eso sí, además de los los indispensables, como Carmen Tello y su esposo Curro Romero, también figura en la lista de invitados el doctor Trujillo, responsable de la operación quirúrgica a la que se sometió la Duquesa a principios de 2009, y que consistió en la implantación de una válvula para solventar sus problemas de hidrocefalia e isquemia cerebral.
Una novia «espectacular»
Como en toda boda que se tercie el traje de la ceremonia es uno de los secretos mejor guardados. Eso sí, Cayetana aseguraba hace unos días que a Alfonso le «hace ilusión» que estrene traje en su boda: «Si lo hago para otras bodas, con mayor motivo la mía», explicaba en las páginas de este diario. Como se venía especulando en las últimas semanas, Victorio&Lucchino, que llevan visitiendo a la Duquesa durante los últimos 25 años, se encargarán de hacer el vestido de la novia. «¿A qué diseñador no le gustaría hacer el traje de boda de la Duqesa de Alba?», con esta pregunta resume José Víctor Rodríguez Caro, de la firma sevillana, su emoción al ser elegidos para confeccionar el traje de Cayetana de Alba. En declaraciones a LA RAZÓN, Caro asegura que «va a estar espectacular», y adelanta que «hemos interpretado muy bien el estilo de la Duquesa para este día». «Le ponemos cariño a todas las novias, pero a Cayetana, por lo que la admiramos, le ponemos mucho más todavía, vamos a entregar todo nuestro arte para que esté radiante, porque ella así lo desea». Asimismo, Caro, que junto a su socio José Luis Medina forman parte del entorno de amistades de Cayetana, ha definido como una «maravilla» el triunfo del amor en esta relación.
Bajo el sol de Ibiza
Ya lo advertía Julio Iglesias en la letra de la canción «Bamboleiro»: el amor «no tiene horarios ni fecha en el calendario». Y, por supuesto, tampoco entiende de diferencias ni barreras. Como si de una heroína romántica se tratase, la Duquesa ha derribado uno a uno los obstáculos que le impedían culminar su relación con Alfonso Díez, que está apunto de convertirse en su tercer esposo y, como tal, en Duque consorte de Alba. La principal barrera –y la más dolorosa– con la que se topó Cayetana fue la oposición de sus hijos al enlace. Si bien veían con buenos ojos la relación, no aprobaban formalizar el romance. De hecho, en un documental para el Canal Bio, su hijo Cayetano Martínez de Irujo se mostraba contrario al enlace porque no era el momento de «hipotecar el futuro de la Duquesa de Alba». Sin embargo, la paciencia y el tesón con la que su madre ha defendido su noviazgo con el funcionario contribuyeron a que, tras el inesperado reparto de la herencia del ducado, se suavizasen los recelos de la familia. Tanto es así que el propio Cayetano afirmaba en una entrevista que en el caso de celebrarse el esperado enlace, sus hermanos y él asistirían «aunque sigamos sin estar de acuerdo». Una asistencia que la Duquesa ha confirmado en el comunicado que remitió ayer a los medios. Mientras los comentarios sobre la inminente boda rodean a la pareja, Cayetana y Alfonso pasean su amor, ajenos a las especulaciones, apurando sus últimas semanas de soltería en la isla pitiusa. El futuro Duque consorte llegó a Ibiza el lunes para compartir con la Duquesa sus vacaciones, después de haber disfrutado de unos días juntos en Santander y San Sebastián a principios de agosto.
De «amigo entrañable» a consorte
Antes de confirmarse su noviazgo, Alfonso Díez (en la foto, junto a Cayetana, el verano pasado) era el «entrañable amigo» de la Duquesa. Después de que se hiciese pública la relación, la diferencia de edad y de posición dispararon las alertas en el entorno de los Alba y los recelos no tardaron en hacerse notar. Sin embargo, su discreción sumada a su renuncia a los bienes de la Casa, han convencido a los más escépticos.
El noble, el ex sacerdote y el funcionario
Con el funcionario Alfonso Díez, la Duquesa de Alba dará por tercera vez el «sí quiero» ante el altar. El 28 de marzo de 1926 en el Palacio de Liria, en Madrid contrajo su primer matrimonio (en la foto de la izquierda) con Luis Martínez de Irujo y Artacoz, en octubre de 1947, y fruto de esta relación nacieron sus seis hijos: Carlos, Alfonso, Jacobo, Fernando, Cayetano y Eugenia. Tras la muerte de Martínez de Irujo en 1972, la Duquesa pasó por la vicaría por segunda vez en 1978 con el ex sacerdote jesuíta Jesús Aguirre, que falleció en febrero de 2001.
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