Sucesos

Juan Antonio el hombre que esperará once meses para volver a descansar

Defiende su papel como el de un sereno y cree que ayudan más a mejorar la circulación «que la zona azul».

Juan Antonio tiene como zona asignada el entorno de la Capitanía General
Juan Antonio tiene como zona asignada el entorno de la Capitanía Generallarazon

SEVILLA- Juan Antonio Balandrón suma 58 años, 15 de ellos como aparcacoches. Regentaba «una tiendecita» y «de tanto fiar» tuvo que cerrarla. Sin empleo, acudió a PM-40. Se le puede encontrar desde antes de las 7:00 horas y hasta las 14:00 en el entorno de la Delegación del Gobierno, en la Capitanía General. Se saca, un mes muy bueno, unos 400 euros. Además, hace chapuzas y los fines de semana trabaja de 8:00 a 20:00 como guarda de seguridad. Malabares para llegar a fin de mes, más ahora «que hay que ayudar a los hijos». Una, fija. Dos, trabajando a media jornada, con hijos. Uno de ellos «viviendo en casa».
Juan Antonio descansa tres días al año. Nochebuena, Nochevieja y Reyes. Hasta dentro de 11 meses y quince días no volverá a tener una jornada de descanso. «Es lo que hay». Se considera afortunado, en relación a sus compañeros de Bami, que lidian con decenas de gorrillas. «Allí pasan tela». Él, en la Capitanía General, es capitán general de los aparcacoches. «Me respetan el sitio, de tanto tiempo ya». Reivindica el papel del vovis, como el de una especie de sereno que cuida de los coches y ayuda a mejorar la circulación. «Si en lugar de la zona azul hubieran contado más con PM-40 y ASIC, el tema de los aparcamientos estaría mucho mejor», explica. Pero, claro, con el actual sistema «el Ayuntamiento gana más dinero», aunque «cada vez hay menos aparcamientos».
La propia Policía ya alertó, recientemente, del aumento de padres de familia que, motu proprio, tratan de ganar un sustento como gorrilla para salir adelante. En estos casos, las zonas elegidas son las que no están ocupadas tradicionalmente, para evitar conflictos. Torneo y el Casino de la Exposición son algunas de ellas. Los inmigrantes, más dados a ir en grupo, se ven más en zonas de Sevilla Este como la avenida de la Innovación y alrededor de los locales de ocio.
El coordinador de Parados Mayores de 40 años, Andrés Rodríguez, reivindica el papel del vovis. «No sólo como aparcacoches, los vecinos nos conocen, confían en nosotros en cada zona. Muchas personas nos dejan la llave para mover el vehículo cuando es necesario. Reducimos el problema de la movilidad en la ciudad y, además, la Policía cuenta con nosotros y nos pregunta el balance de la noche anterior para tener controlado el vandalismo».
Los vovis cargan con la mala fama de las acciones de muchos gorrillas y de algunos miembros del gremio. En el caso de cualquier percance con un vovis, PM-40 dispone de hoja de quejas y todos los trabajadores son localizables por zona y recibo. Eso sí, el ticket especifica que los aparcacoches no se responsabilizan de posibles daños o pérdidas en los vehículos para curarse en salud ante daños que no puedan impedir.
Para los que hacen de su capa un sayo, la norma antivandálica resulta difícilmente aplicable, al tratarse de personas insolventes y, en muchos casos, sin un domicilio fijo al que llevar la denuncia. Identificar a uno de estos individuos y localizarlos ya supone casi una jornada de trabajo de un policía local. A eso hay que sumar conseguir que los denunciados paguen los 120 euros de sanción. Algo tan sencillo como acabar «las setas» de la Encarnación en el tiempo prometido.


Entes legales y alegales
Aparte de la asociación Parados Mayores de 40 años, en Sevilla, existe ASIC (Asociación de Discapacitados Civiles), dedicada también al estacionamiento de coches y que cuenta con unas 80 personas, en este caso, con alguna minusvalía. Además del «tradicional» gorrilla, el colectivo rumano también se ha «especializado» por zonas en aparcar coches. Asimismo, asociaciones de extranjeros –uniformados incluso y entregando recibos– pasan por vovis, pero sin contar con el CIF en la supuesta entidad, según denuncian desde PM-40.