Rita «forever»

Dicen que el voto de las municipales es el único que puede identificarse más con el candidato que con el partido. Lo aseguraba ayer mi amigo Rogelio. No sé si el axioma es verdadero. En cualquier caso, lo es con Rita Barberá. Hoy por hoy, los valencianos, en apabullante mayoría, la votarían sin tener en cuenta las siglas que llevara su candidatura. Su figura y talla política se agrandan con el paso del tiempo.
¿Su secreto?. Siempre he distinguido uno sobre los demás. Y me precio de conocerla. Que tiene convicciones. Que su vida pública está en las antípodas de la veleta. Hoy por aquí, mañana por ahí. Y siempre por donde más convenga a mis intereses.
Dedicación, inteligencia, disciplina... y otras cualidades son comunes en muchos. Pero no abundan gentes con principios, con convicciones, tanto personales como políticas.
Además, subrayo otro don, ése es natural: el instinto. La capacidad de control del mundo que le rodea. Es lo que le da la naturalidad y le hace eludir el ridículo, el fiasco. Lo que en el resto es intolerable, en ella queda como normal. Y contra eso no hay quien pueda. Así es la vida.