Barcelona

La mayoría del cambio

La Razón
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El escenario electoral se ha convertido en una fotografía fija contraria a los intereses socialistas. La última encuesta de NC Report para LA RAZÓN confirma la tendencia alcista de las candidaturas del PP y el descenso incesante de las listas socialistas plasmada en la secuencia demoscópica sobre intención de voto de las últimas semanas. La campaña no ha mejorado las opciones del PSOE, si acaso las han empeorado, y los augurios cobran tintes dramáticos en medio de una desconfianza general en la sociedad. El sondeo de LA RAZÓN sobre las comunidades autónomas y ayuntamientos refleja una hegemonía popular con una característica significativa. El PP desbanca al PSOE en algunos de sus feudos históricos y, a su vez, refuerza sus mayorías absolutas allí donde gobierna. El electorado no sólo vota por el cambio político, sino que recompensa la gestión del PP estos últimos años. Se trata de un aval democrático y político de una gran relevancia, que refrenda la confianza en una serie de dirigentes y en una forma de dirigir los destinos públicos en una etapa tan adversa. A poco menos de una semana para el 22 de mayo, el PP arrebataría Castilla-La Mancha y empataría en escaños con los socialistas en Extremadura, donde sólo la entrada de IU en el Parlamento evitaría un vuelco político en una comunidad tan señalada para la izquierda. El triunfo de Cospedal tiene una lectura simbólica por ser una región emblemática para el PSOE. Hablamos además de un respaldo extraordinario para el partido de Mariano Rajoy en dos de los principales graneros de votos socialistas, lo que desde una perspectiva nacional cobra una dimensión trascendente. El PP recupera la mayoría absoluta en Baleares y es la fuerza más votada en Cantabria y probablemente en Aragón, si bien las alianzas poselectorales decidirán el desenlace final. Sus progresos son también consistentes en feudos como Canarias y Navarra y serán determinantes en Asturias para formar un gobierno de centro-derecha. En aquellas comunidades gobernadas por el PP, la encuesta reafirma un refuerzo de las mayorías absolutas. Pese a la campaña de acoso del Gobierno contra Francisco Camps, en la Comunidad Valenciana, los populares mejoran sus resultados, con casi el 55% de los votos. En la Comunidad de Madrid, el apoyo a Esperanza Aguirre es abrumador. Obtendría entre 73 a 76 escaños frente a los 37 a 39 del PSOE, lo que da una idea no sólo del éxito sin precedentes del PP, sino del fracaso estrepitoso de Tomás Gómez, que le obligará a replantearse su futuro. En Murcia, Castilla y León y La Rioja, el PP consolida su hegemonía. En los grandes ayuntamientos el PP se impone. Especial relevancia tiene el resultado en la ciudad de Barcelona. Los populares serán decisivos para evitar una mayoría nacionalista y ser garantía de estabilidad. Con este mapa electoral, el dilema será qué hará Rodríguez Zapatero el 23 de mayo. Los españoles habrán enviado un mensaje contundente de cambio. Desoírlo y aferrarse al poder en la actual coyuntura sería legítimo, pero poco responsable. Porque no hablamos de una derrota por la mínima, sino de una goleada. En democracia la voluntad del pueblo es soberana y ningunearla sería el último y más grave error de los socialistas.