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Una institución de raíces profundas

A pesar de la baja natalidad y el aumento de los divorcios, la familia es el pilar de nuestra sociedad

La Razón
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MADRID- La familia es una institución con una raíces profundas, que permiten mantenerse en pie a pesar del empuje de muchos para hacerla caer. A pesar de ello, no se tambalea, sigue firme y mira al futuro con optimismo porque su mayor fortaleza es su unión, sus creencias y su lucha por un futuro mejor. La dichosa crisis económica ha agudizado la situación, ha dejado a miles de padres e hijos desempleados y ha generado situaciones económicas dramáticas. Los principales perjudicados son los niños. El 60 por ciento de los españoles desearían tener más descendencia, pero las condiciones no se lo permiten. Así, la tasa de natalidad está en un nivel de mínimos. Las mujeres tienen una media de 1,38 hijos, cuando se necesita una media superior a dos para garantizar el equilibrio poblacional. El caso de las mujeres españoles es aún más grave, con 1,32 hijos por mujer. Pero lo que más daño ha hecho a la institución durante este año que está a punto de finalizar ha sido la Ley del Aborto, que muy pocos han entendido, y que ha servido para que las menores de 16 años puedan interrumpir su embarazo de forma individual, sin contar con los miembros de su familia, sus mejores aliados. Además, no se han puesto en marcha otras medidas sociales para evitar los abortos y se ha suprimido la ayuda universal de 2.500 euros por nacimiento. De esta forma, las mujeres esperan hasta los 31,2 años para ser madres por primera vez, lo que las convierte, junto a las británicas, en las madres más mayores de la Unión Europea. La falta de apoyo del PSOE a la institución ha llevado a un descrédito de la familia como modelo, que se ha visto reflejado en el marcado descenso de los matrimonios, que han caído un 20 por ciento desde 2004, y a un incremento superlativo de las separaciones y divorcios, que en 2010 afectaron a 110.321 parejas, de las que el 57,1 por ciento tenían hijos a su cargo. Estas cifras suponen un aumento en un sólo año de un preocupante 3,9 por ciento. Así, a día de hoy, por cada tres matrimonios que se celebran en España, se producen dos disoluciones matrimoniales. La duración media de los matrimonios va también en descenso y se sitúa ya en los 15,5 años. El bajo índice de natalidad no es una cuestión moral, sino de supervivencia generacional. La población envejece por momentos. La esperanza de vida se sitúa ya en los 82 años. ¿Quién tomará el relevo? ¿Se puede afrontar desde el punto de vista sanitario un incremento de la tercera edad? ¿Quién pagará las pensiones del futuro? Parece que al menos hay motivos para esperanza. El nuevo Gobierno se ha comprometido en elaborar un plan integral de apoyo a la familia. Es un primer paso.


RETOS DE FUTURO
1.- PLAN INTEGRAL
El Gobierno hará un plan integral de apoyo a las familias para conciliar vida familiar y profesional.
2.- VIOLENCIA
Los niños serán incluidos en la ley que protege a las mujeres víctimas de la violencia familiar.
3.- NATALIDAD
El Ejecutivo reconocerá la aportación a la natalidad de las mujeres en el sistema de pensiones.
4.- ABORTO
El Gobierno prohibirá que las menores de edad puedan abortar sin conocimiento de sus padres.