Consejo de Ministros
El Gobierno descarta un adelanto electoral y tenderá la mano al PNV
El PSOE da por hecho que logrará apoyos para sacar los Presupuestos. Cree que Zapatero debe optar por un nuevo equipo reducido y político
MADRID- ¿Desolación? Sí. ¿Lamentos? También. ¿Pesimismo? Claro. A las huestes del socialismo español, qué duda cabe, les ha costado digerir el «tijeretazo» social de Zapatero y la amarga victoria del miércoles en el Congreso. No podía ser de otro modo, pero entre el jueves y ayer se produjo un fenómeno cuando menos curioso en el estado de ánimo del PSOE, incluso entre aquellos que votaron con la nariz tapada el real decreto.Han pasado del desapego al orgullo. El tránsito lo explicaba ayer a este diario un dirigente socialista, que admite la difícil situación que atraviesa Zapatero, pero cuenta que la posición «irresponsable de un PP que entró el miércoles en la Cámara con voluntad de tumbar al Gobierno» les ha llevado a muchos a sentirse «salvadores» de una España que, de no haberse aprobado el decreto, hoy sería devorada por los tiburones financieros. «Salvadores de España y mucho más cerca del Gobierno», añade. El mismo interlocutor explica que hay salida y luz al final del túnel tanto para la economía española como para el PSOE.¿Cambio de Gobierno? Es fundamental, contestan, convencidos de que Zapatero afrontará la remodelación y reducirá el número de ministerios y quizá alguna vicepresidencia. «El presidente ha jugado hasta ahora de delantero y sin defensas. Ha llegado el momento de que haga un Gobierno reducido y muy político para repartir el juego». Lo que en el PSOE no se atreven a concretar es el cuándo, si será en julio o en septiembre. Pero todos dan por hecho que el actual Ejecutivo está amortizado.Antes de esto, tiene que sortear unos cuantos obstáculos. El primero, el de la aprobación del techo de gasto para los próximos Presupuestos, un trance complicado pero no insalvable. Los socialistas dan por hecho el apoyo de PNV, CC y UPN. Y es que entienden que el «no» del nacionalismo vasco al «tijeretazo» fue tan sólo una forma de canalizar el enfado de algunos empresarios vascos con el Gobierno, en ningún caso una ruptura definitiva con el PSOE. Es más, hubo quien leyó en la posición del PNV un mensaje a Zapatero de queremos pactar los próximos PGE. ¿Hay margen? Sí, creen en el Gobierno. Hay que decidir qué inversiones priorizar y en qué territorios. Las cuentas públicas servirán, sin duda, para tender puentes con el nacionalismo vasco. Y hay, además, quien cree que también será el momento en el que el Gobierno haga un guiño fiscal a la izquierda para reconciliarse con su electorado. Pero antes, el Ejecutivo tendrá que aprobar una reforma laboral y, quizá, una huelga general. Ahí es cuando el PSOE cree que hay que empezar una intensa labor política de explicación ciudadana. Si se logran subir todos estos puertos, y en octubre, por qué no decirlo, CiU llega a la Generalitat, Zapatero estará salvado y no habrá adelanto electoral.
El PP amenazó a CC con romper el Gobierno si se abstenía en el decreto- Hay quien sostiene que el PP jugó al «no» en la votación para convalidar el «tijeretazo» porque sabía que el Gobierno sacaría adelante el texto. Son pocos. Un voto de diferencia es muy poco para que se pueda dar por seguro nada. Un error, un retraso, un repentino atasco... En el PSOE, no creen en esta versión, sino en la que apunta que el PP iba decidido a tumbar al Gobierno. Primero, porque la respuesta que dio Rajoy a los empresarios que intentaron convencerle de la abstención fueron sus intereses electorales. Segundo, porque movilizó a todos sus diputados. Y tercero, porque Ferraz dice saber que «amenazaron» a CC con romper el Gobierno en Canarias...
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