Ciclismo
La Vuelta en tres semanas
El Tour y el Giro están levantados sobre unos pilares tan resistentes que será difícil que la UCI cuestione su duración. En cambio, la Vuelta, me dicen, tiene una de las tres semanas en entredicho. Duele y molesta. Fastidia porque a pesar de que Nibali sea digno sucesor de Battaglin y Giovannetti resultaría injusto que el país que mejores ciclistas ostenta por metro cuadrado pierda kilómetros de recorrido. Sin Contador, sin Samuel Sánchez y sin Valverde, la «crème de la crème», Mosquera y «Purito» Rodríguez han animado la carrera hasta la última semana. Y sólo la fatalidad ha impedido que hoy, en Madrid, el rojo de Custo convalezca en casa en lugar de recibir el agasajo del triunfador en la Castellana. En las faldas de Peña Cabarga se dejó el bravo y sereno Igor Antón la Vuelta para la que estaba predestinado. Dolió su eliminación y la forma en que se produjo; era el virtual triunfador. Pero tiene tiempo y dispondrá de una tercera oportuninadad en la que sale el próximo año de Benidorm. Le tocará luchar entonces contra Contador, el número uno, y ambos, más todo el pelotón español, tendrán ocasión de demostrar que la Vuelta merece en el calendario tanto crédito como el Giro o el Tour. En esta 75ª edición, la gran ronda española ha demostrado su fiabilidad y la calidad de su organización con una audiencia numerosa –en torno al millón–, un trazado espectacular y un desarrollo emocionantísimo. A lo que en 2011 añadirá una participación de lujo, propia del Tour. Para entonces el Movistar habrá ido cogiendo sitio y sólo echará de menos la figura de un líder. Quizá los tribunales le devuelvan a Valverde, es una posibilidad. La lástima es que Contador, 27 años, se precipitó al firmar con Riis y por cuatro días no será su jefe inmarcesible.
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