Estreno
OPINIÓN: Un cambio de rumbo
Los recortes no deberían ser una sorpresa, porque todas las unidades del Inaem van a sufrir un recorte similar. El Teatro de la Zarzuela tenía que haber cambiado su modelo hace mucho tiempo y, si no lo ha hecho, es por los muchos intereses que hay en juego. Suele ser complicado simultanear la propia profesión de director de escena con la dirección de un teatro. ¿Por qué en ese escenario importan mucho menos la orquesta y los directores musicales que la escena? ¿Por qué se pretendió que la mayor parte del recorte fuera absorbido por la Orquesta de la Comunidad? ¿Por qué ayer se dijo que no había más remedio que prescindir de Roa como titular musical ya que es funcionario –que no lo es– y le ha llegado la hora de la jubilación? ¿Por qué, sabiendo que no iba a haber dinero, el propio Luis Olmos, director del teatro, firma una nueva producción de «Luisa Fernanda» existiendo alternativas menos costosas? ¿Por qué se vendió a Toulouse «Doña Francisquita» y a continuación Olmos encargó otra nueva? ¿Por qué se entrega a Amalia Ochandiano –quien también realizó «La Revoltosa» y «Las Bribonas»– una nueva producción de «La del Soto del parral» cuando ya había una en los almacenes? ¿Acaso porque ella y Olmo fueron socios en el Teatro de la Danza? ¿Por qué la Zarzuela ha tardado tanto en coproducir con Oviedo? ¿Por qué no dan fruto los esfuerzos de Emilio Sagi para coproducir desde su Arriaga? ¿Por qué el Palau ha tenido que prescindir de producciones de la Zarzuela como «El rey que rabió»?Es indudable que el teatro precisa un cambio de rumbo desde hace tiempo pero, sobre todo, lo que el Inaem debería de cuidar es que sean bien avenidos los pocos que cuentan en el género y que el amiguismo no cante tanto.
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