Disturbios

Alta tensión

Los «indignados» retaron ayer de nuevo a la Policía y trataron de acceder a Sol por la fuerza. Increparon a los agentes, les lanzaron objetos y llegaron a producirse varios enfrentamientos Lanzaron

Cientos de indignados del movimiento 15M se concentran en la plaza de Atocha, en Madrid
Cientos de indignados del movimiento 15M se concentran en la plaza de Atocha, en Madridlarazon

Lo han dicho por activa y por pasiva. Los «indignados» amenazaron de nuevo con volver a la plaza cada vez que sufrieran un desalojo y cumplieron su palabra. Ayer, en la Puerta del Sol se vivieron las horas más tensas desde el nacimiento del movimiento 15-M, hace ya 81 días. Una vez más los manifestantes retaron a las autoridades que custodiaban la emblemática plaza madrileña y provocaron enfrentamientos en sus inmediaciones. El movimiento convocó a sus simpatizantes a las 20:00 horas en Atocha para dirigirse a Sol y «recuperar su plaza». Sin embargo, en esta ocasión eran menos y peor distribuidos. En la Plaza Mayor y en Preciados se congregaron los núcleos más sólidos, mientras que en Carretas apenas había 100 personas. Fueron en estos dos grupos donde se originaron los mayores incidentes, provocando la intervención de los antidisturbios. Varios integrantes del movimiento lograron traspasar el cordón policial por la calle Arenal, pero los agentes les cogieron rápidamente sin producirse altercados. Sin embargo, a continuación los «indignados» situados en Preciados avanzaron sus filas para colarse en la plaza y los antidisturbios tuvieron que intervenir para frenarles el paso. Tras la primera carga, llegó la segunda aún más contundente y la Policía desalojó a los medios de comunicación por su propia seguridad. Tras estas embestidas, los dos grupos de manifestantes decidieron marchar hacia Plaza de España y a continuación a Gran Vía, donde las cerca de 500 personas celebraron una asamblea a la altura de Callao para debatir los próximos pasos del movimiento. «-Illa, -illa, -illa, nos quedamos en Gran Vía», gritaban los presentes. Al cierre de esta edición, los «indignados» seguían celebrando su habitual asamblea en medio de la céntrica calle, lejos de la presencia policial que se mantenía en la Puerta del Sol.