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Los secretos del hermano ideólogo de Mohamed
PARÍS- Desde la identificación de Mohamed Merah como el «asesino de Toulouse», la lupa de los investigadores también está puesta en su hermano mayor, Abdelkader, de 29 años y convicción fundamentalista. El primogénito seguía ayer bajo custodia policial, junto a su madre y su novia. Como Mohamed, estaba fichado por los servicios de contraespionaje (DCRI) por su pertenencia al salafismo, corriente que hace una interpretación extremista del islam. Su apariencia, espesa barba y túnica tradicional, le delatan tanto como su comportamiento: un adepto de la oración a cuya mujer cubre con un velo de los pies a la cabeza y con una casa que, según los investigadores, era una «biblioteca coránica». En 2007, su nombre apareció vinculado a una red de reclutamiento y envío de yihadistas desde Toulouse y su región a Irak, desmantelada en esa fecha. Sin embargo, no fue imputado. Desde entonces, pero sobre todo, desde un viaje a Egipto donde pasó una temporada frecuentando medios musulmanes radicales, los agentes no le quitaron ojo. Pero más allá de su pasado, los investigadores quieren saber qué implicación pudo tener Abdelkader (al que su hermano podía haber tomado como ideólogo o inspirador) en la ejecución de los siete asesinatos de Toulouse y Montauban, además de esclarecer algunas sombras en las oscuras relaciones de la familia Merah. Según algunos medios, Mohamed visitó en 2008 a uno de los yihadistas condenado y encarcelado por «asociación de malhechores con fines terroristas» tras la disolución de la citada red de reclutamiento, Sabri Essid, para entregarle dinero. Desde entonces nació una relación entre las familias Merah y Essid, que acabó con el enlace de la madre de Mohamed y el padre del preso islamista.
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